UNA APROXIMACIÓN A LA OBRA DE JOSÉ JIMENEZ JIMENA. Arquitecto

1. AGRADECIMIENTOS


A modo de recordatorio postmortem, a la viuda del arquitecto, Doña Josefa Blázquez Martínez, cuya colaboración sin reservas y generosa estuvo siempre presente y sirvió para una aproximación más fiel al conocimiento de la persona, obra y estilo de José Jiménez. Su paciente apoyo facilitó entrevistas y charlas en el ambiente del estudio de su esposo, en el propio edificio de las Torres Neptuno, donde se haya su archivo y buena parte del legado particular.

A mis padres.



2. INTRODUCCIÓN


El objetivo de la presente publicación es el de reivindicar para hoy la figura de un auténtico arquitecto en la ciudad de Granada. Pretendemos sacar a la luz a este profesional de la arquitectura, hasta ahora olvidado, reflexionar sobre él mismo y su obra, y demostrar cómo en un momento de profunda metamorfosis en el panorama granadino, tanto desde el punto de vista sociológico como arquitectónico, surge de forma espontánea esta singular figura casi en solitario rompiendo con las formas arquitectónicas, lenguajes, volúmenes, etc., que se resistían a formar parte de una historia de cambios.

Se trata de evidenciar que detrás de la imagen de nuestro arquitecto granadino se encuentra la de muchos otros arquitectos contemporáneos y pasados que hicieron de su título una polifacética profesión. En contra de lo que actualmente se produce, en el pasado esta profesión se llevaba a su máxima creación por cuantas facetas artísticas los titulados eran capaces de llegar a dominar. Su formación y posteriores responsabilidades distan mucho de la forma con la que nuestros arquitectos de hoy desempeñan sus labores profesionales. En definitiva, lo que se intenta transmitir, es que a través de los datos descubiertos tras el ejercicio profesional de José Jiménez Jimena, hallamos la existencia de un filósofo, un sensible artista desde sus múltiples formas de expresión, un arquitecto.

Partimos de una visión nueva para la historia granadina. Hasta ahora no se había presentado a José Jiménez Jimena en ninguna publicación con carácter monográfico y se hacía necesario el aporte primordial para un posterior análisis más objetivo de la historia de la arquitectura y urbanismo de Granada.

En José Jiménez Jimena se cumple el cambio de mentalidad enclavado en una ciudad que se resistía a formar parte de nuevos modelos que de la arquitectura se estaban produciendo y que ya estaban implantados en el resto de ciudades españolas y europeas de primer orden.

Por consiguiente, es en él donde se encuentra el hallazgo significativo para los granadinos de la época, aun hoy lo conocen como aquel arquitecto que destacaba ante sus contemporáneos modelos, aquel arquitecto que la mayoría tenían por paradójico y que en sus últimos días enunció con sus escritos que la arquitectura no sólo eran formas para ser habitadas, sino que era espacio, tiempo y vida en sí misma. Esta

aportación de una nueva arquitectura en la ciudad del siglo XX, en conclusión, es la que ha de prestarse a formar parte de la historia urbana, desafiando al momento histórico y social, para contribuir así al paso de una ciudad en transformación.



3. MOMENTO HISTÓRICO DE JOSÉ JIMÉNEZ JIMENA (1953-1975)

3.1. ESPAÑA


Hablar de la sociedad española en las décadas anteriores a José Jiménez Jimena, es hablar de un desajuste político interno que viene arrastrando una falta de identidad desde siglos atrás. Entre otras causas, se tendría que citar la crisis de conciencia producida por el Desastre del 98. Después de esta situación de ruina psicológica, se espera una regeneración con la Restauración y de forma optimista se crea un cierto desarrollo económico que verá su fin con el golpe de estado de Primo de Rivera en 1923. La dictadura se prolonga hasta abril de 1931, año en la que se proclama la II República en un ambiente festivo y sin derramamiento de sangre. Comenzaba así la primera experiencia democrática que nuestro país ha conocido, significando todo un símbolo de liberalización.

Pero en los años siguientes, de nuevo los conflictos políticos y los múltiples puntos de mira de la oposición, provocaron en la sociedad tensiones y muchas organizaciones de derecha e izquierda que repudiaron el consenso democrático, mientras que de Europa llegaban ejemplos totalitarios. En 1936 estalló la guerra civil española que tocaría a su fin en abril de 1939 cuando se inauguró el llamado Régimen de Franco hasta 1975. Este hecho no se puede desligar de Europa sumida en la crisis económica de los años 30 y en las crisis políticas de las democracias occidentales que llevarían a la posterior Guerra Mundial en la que España se mantendría al margen y no intervendría.

En cualquier caso, los momentos previos al periodo acotado de José Jiménez Jimena fueron, políticamente hablando, de asentamiento y maduración, hasta que en 1947 queda configurada España como una monarquía cuando se promulgue la ley de sucesión.

España en los últimos cincuenta años, es ante todo una realidad compleja. Es el momento histórico elegido para la producción arquitectónica de José Jiménez Jimena, que va a transcurrir desde su licenciatura en 1953 hasta 1975, y que por lo tanto se enmarca íntegramente dentro del régimen dictatorial de Franco. En concreto, esta fecha acotada, significaría siendo para España el inicio de una Política en Proyección, por la incipiente apertura hacia el exterior.

Durante más de tres décadas no hubo en España libertad política ni sindical. La mentalidad nacional católica que caracterizó el régimen durante los primeros tiempos impulsó un intento de regresar a los valores del siglo XVI. La sociedad de los cincuenta era una sociedad agraria en su mayoría, mientras que las ciudades conservaban el sentir preindustrial. Pero a lo largo de esta década, se producirá un importante fenómeno que para el análisis de José Jiménez será significativo: la emigración y sus consecuencias urbanísticas.

En 1956 en España se produce un cambio generacional y el deseo de España de integrarse en Europa. El nuevo gobierno de 1957 conllevará cambios como la liberalización económica, la vocación industrializadora y la clausura de los residuos autárquicos que ya estaban asociados a una política económica preocupada de corregir los desequilibrios anteriores.

Con lo que respecta a la economía española, a partir del Plan de estabilización, que supuso el triunfo de los principios liberales, se produjo un incremento del turismo y una beneficiosa apertura al exterior, a la vez que en el interior se suceden los Planes de desarrollo. Aumenta la importación de los bienes de equipo y materias primas, llegan capitales extranjeros y hay un mejoramiento del nivel técnico; todo ello ocasiona la intensificación del proceso industrializador, que afectaba a numerosas regiones. España vivió un intenso proceso de transformación hacia las actividades propias de las sociedades industriales impulsado por una fuerte demanda interna, hundida durante más de veinte años como consecuencia, primero de la guerra civil, después de la política económica y social del régimen franquista, y, finalmente, por una demanda de servicios externa e interna.

Las ciudades empiezan a ser las grandes portadoras de puestos de empleo en las que hallar un porvenir. Y en éstas empezarán a construirse nuevas residencias, creando masivamente barrios de viviendas baratas en las afueras, en la mayoría de los casos escasamente confortables y poco espaciosas en relación con el número de habitantes, asó como pequeños municipios de obreros casi suburbiales, que más tarde se modificarían y mejorarían. Es a partir de los años sesenta en que se vislumbran los pequeños cambios de mejora, caracterizados por un gran dinamismo económico y social, gracias a los nuevos avances tecnológicos, y de la mano de una consecuente forma de vida moderna, además de una apertura política hacia el exterior y las relaciones con la Comunidad Económica Europea y con los Estados Unidos.

El sector servicios, sin olvidar el turismo, fue uno de los motores del momento, ya que proporcionó ingresos de todo tipo, desde hosteleros hasta constructivos, siendo este último el que obtuvo mayor relevancia y peso específico, debido al proceso de urbanización de la población, que buscaba equipamientos y trabajo. Aquí es donde destaca la figura del arquitecto granadino, en una época en auge, de venta de servicios, de actividad constructiva y de equipamientos e infraestructuras que favorecieron un aumento del bienestar económico.

En 1969 el consumo de energía eléctrica, el uso del teléfono, la venta de artículos de lujo, de automóviles, la construcción de nuevos pisos, el ingreso de más alumnos a la universidad, etc., demuestran la comodidad y la disponibilidad económica que se había alcanzado en Granada y en España. En palabras de Luis de Llera: ...en el verano de 1969 la vida española se normalizó, se puso a la altura de su tiempo en muchos aspectos...

La población creció en un 30% lo que supuso un ritmo similar a la media europea. El máximo se dio en la década de los años 60. Pero también es cierto que muchas provincias del interior perdieron habitantes al trasladarse éstos a núcleos industriales u otros países. En definitiva, la economía española entre 1961 y 1973 experimenta un desarrollo espectacular que se transmitiría a todos los ámbitos, incluso en el crecimiento de población.

En Andalucía el sector industrial se inició con la creación de polos de desarrollo de Sevilla y Huelva. Más tarde se sumaron los Polígonos de Córdoba, Granada y Málaga. Pero la falta de capital andaluz y la ausencia de una política de articulación productiva, determinaron un desarrollo industrial desenfocado y muy dependiente del exterior.

La madrugada del 20 de noviembre de 1975 fallece Franco tras meses de enfermedad. Con esta fecha se iniciaba un profundo cambio histórico en nuestro país, que no fue más que el paso hacia la modernización. España estrenaba monarquía, que hasta ahora sólo se había venido viendo bajo las sombras del mandato franquista.

El 28 de enero, Arias Navarro leía ante las cortes, el programa político que anunciaba la elaboración de una reforma: sistema bicameral, despenalización de los derechos de asociación política y de reunión, ley electoral, reforma fiscal, revisión del decreto-ley sobre el terrorismo y sobre la ley de sucesión, etc.



3.2. EUROPA


En 1947 el presidente estadounidense Truman anuncia el propósito de ayudar a cualquier país enfrentado a amenazas exteriores o interiores y contener así la expansión del comunismo. Comienzan cuarenta años de Guerra Fría, en los que Estados Unidos y la Unión Soviética se dotaron de un arsenal nuclear de una devastadora capacidad destructiva. En caso de guerra abierta se aseguraba la destrucción de ambas potencias, lo que evitó que ésta se produjera. Durante todo este periodo sólo hubo guerras locales.

Las potencias democráticas, tras haber vencido a los estados fascistas en la II Guerra Mundial, se habían impuesto en su larga confrontación con el bloque soviético, que acabó por renunciar al comunismo. A pesar de que nunca ha habido tantos estados democráticos como hoy, no puede decirse, sin embargo, que la segunda mitad del siglo XX haya sido una época de paz y libertad. El mundo ha conocido en esos años cruentas guerras y feroces dictaduras.

Al hablar de la sociedad que estaba viviendo esos años, hay que apuntar que tras el ritmo de la historia y sus avances, la demografía mundial, europea y española cambia, la población aumenta, en tan solo medio siglo aproximadamente de 1925 a 1975 se alcanzaron los cuatro millones. ¿Qué estaba ocurriendo? El proceso económico y médico había roto los frenos que tradicionalmente controlaban el crecimiento de las poblaciones humanas: se trataba de una auténtica explosión demográfica. Al terminar el siglo XX el número de habitantes se acercaba a los seis millones, aunque el descenso de la natalidad mundial ya se empezaba a notar.



4. MOVIMIENTOS ARTÍSTICOS ANTECEDENTES A JOSÉ JIMÉNEZ JIMENA

4.1. ESPAÑA


El antecedente cultural hasta la llegada de la dictadura es el Modernismo que abarcará prácticamente todas las expresiones artísticas. Éste es un movimiento que rinde culto a la belleza como tal y desde donde se partirá hacia nuevas premisas, hacia nuevas formas de entender el arte tanto en ambientes irreales como exóticos. Es la época reconocida como la Edad de Plata o Segundo Siglo de Oro en la cultura española en todas las manifestaciones que el arte tiene para expresarse.

En lo que a literatura respecta, el Modernismo llegaría a manos del poeta nicaragüense Rubén Darío y arraigó en Cataluña y en Castilla. Lo cultivaron poetas como Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez y conectó inicialmente con los escritores que conformarían la llamada Generación del 27 como Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre o Luis Cernuda. Tras esta Edad de Plata este importante desarrollo intelectual se verá truncado con la Guerra Civil.



4.2. EUROPA


En la Europa de entreguerras las producciones artísticas serán el reflejo de la vida misma que la sociedad está experimentando y como consecuencia las distintas manifestaciones artísticas denunciarán con sus gritos, en la mayoría de las ocasiones mudos, el horror, la barbarie y la muerte, además de mostrarnos sus ansiosos anhelos de esperanza, justicia y paz.

Debemos destacar ante todo el movimiento llamado De Stijl, como elemento de máxima influencia y enriquecimiento para el contexto en torno a la figura de José Jiménez Jimena, en lo que a arquitectura se refiere. También señalaremos algunos

de los artistas que sobresalieron en los ámbitos de las artes figurativas como claros exponentes de una filiación en sus modos al movimiento, sin olvidar a todos los arquitectos que supusieron la base del neoplasticismo y pintores como Bart van der Leck, Vilmos Huszar o el escultor Georges Vantongerloo, que se mantuvieron afines al movimiento. De entre todos ellos destaca uno de los personajes más representativos del primer neoplasticismo, se trata de Piet Mondrian, las pinturas del cual consistían fundamentalmente en líneas rotas, horizontales y verticales, en relación directa con la forma arquitectura de José Jiménez Jimena.

clip_image002

Bart Van der Leck, Tríptico de la mina.

En la más pura filosofía neoplatónica encontramos al matemático holandés, Schoenmaekers, que apoyará las creencias neoplasticistas de dichos artistas, con un alto contenido místico religioso, en obras como: La nueva imagen del mundo y Principios de la matemática plástica, basadas ambas en las teorías de la teosofía de la que es deudor.

Dentro de esta misma estética surgirán poetas que se verán influenciados por pensadores del pasado de la talla de Spinoza, judío holandés del siglo XVII, cuya filosofía se apoyaba en la existencia de una sola sustancia que llamaba Dios, en poetas como Anthony Kok o el caso de Benedetto Croce, que al igual que otros coetáneos de la Italia fascista, como filósofo y político italiano del momento, se definirá como idealista histórico identificando la filosofía con lo histórico. En su obra Filosofía come scienziadello spirito, identifica el lenguaje con el arte tratando su terreno formal, y a su vez criticando la corriente del futurismo. Caso similar es el del pintor Chirico que, en El enigma de la hora, prefigura la nueva tradición italiana. En definitiva, lo que pretendían con todos estos planteamientos previos, no era más que una búsqueda de lo universal que vino apoyada por casi un precepto: El objeto de la naturaleza es el hombre, el objeto del hombre es el estilo.

Simultáneamente al naciente movimiento De Stijl en Europa se estaba produciendo un arte de represión motivado por el momento bélico, un arte en continua pugna, ya que entre denuncias y anhelos se basaba la cultura del momento. Como ejemplo representativo de esta crisis europea sobresale la figura de Richar Walter Darré, pensador que interpretó la filosofía nacionalsocialista en su libro El campesinado como fuente de vida de la raza nórdica , con la idea de una cultura de sangre y tierra apoyando una vuelta al campo. Otros poetas como Mayakowski o Paul Celan también se atrevían a alzar sus voces para así acallar el espanto bélico.



5. MOVIMIENTOS ARTÍSTICOS EN LA ÉPOCA DE JOSÉ JIMÉNEZ JIMENA (1953-1975)

5.1. EUROPA


En el terreno de la cultura se viene advirtiendo que se produce una lucha entre lo viejo y lo nuevo. Todas las artes se esfuerzan en convertir este mundo interior en un acontecimiento susceptible de ser expresado de forma libre.

También se produce una defensa del lenguaje, en esta época de espíritu comercial en la que se emplean términos desusados, extranjerismos y tecnicismos de todos los campos de la ciencia.

Muchos escritores y artistas modernos son serios en pensar que es necesario descubrir las nuevas características de esta realidad y acumular un fondo de imágenes nuevas, verdaderas y originales.

Cualquier esfuerzo por representar la realidad sin prejuicios, es lo pretendido por una serie de escritores y otros muchos artistas de diferentes disciplinas como Eisenstein (1998-1948), Maiakowski (1893-1930), Chaplin (1889-1977), Kafka (1823-1924), Brecht (1898-1956), Joyce (1882-1941), O´Casey (1880-1964), Makarenko (1888-1939), Leger (1881-1955), Faulkner (1897-1962), Eliot (1888-1965), etc. Todos ellos tienen en común la repulsa de un mundo de clichés y la búsqueda de un nuevo repertorio de imágenes del mundo.

Debemos detenernos en la pintura abstracta europea, ya que ello servirá para entender las primeras experiencias de las que el movimiento neoplástico bebió, y en definitiva, para un mejor entendimiento de la obra de José Jiménez Jimena. En ella se prescinde de toda forma figurativa para centrarse sólo en el juego de formas geométricas y colores que ofrezcan realidad con la realidad visual. Cabe destacar las figuras de Vassily Kandinsky y Paul Klee, que llegarán a engendrar un constructivismo o neoplasticismo. La pintura abstracta es una de las preocupaciones que obsesionó buena parte de los artículos publicados en la revista De Stijl, y donde destacaron como artistas abstractos Van Doesburg, Mondrian, Brancusi o César Domela, entre otros.

Por la abstracción pasan buena parte de los artistas plásticos, ya sea en la pintura o en la escultura. Es de resaltar la figura innovadora de Hans

Arp, que ensaya en el arte de las tres dimensiones aquellas formas de su pintura, creando la escuela del Constructivismo. Tal es el estilo de los hermanos Pevsner, que buscan la forma al margen de la masa prefiriendo un desarrollo de las superfícies en el espacio. Las innovaciones en este campo: el hueco, la deformación, la incorporación del espacio, la abstracción y el movimiento serán interesantes a la hora de analizar modelos españoles como el de Eduardo Chillida.

A mediados de los años cincuenta surgió el Informalismo o Expresionismo abstracto, movimiento por el cual la pintura se va a presentar con una gama de texturas interesantes a partir de manchas y pasta, pero que en este caso estaría lejos de posibles influencias del Neoplasticismo, así como las siguientes corrientes que seguirán por este camino, como la Neofiguración, el Pop art, el Hiperrrealismo o el Arte conceptual. Todo ello se origina como producto de un nuevo lenguaje en donde lo interior se funde con las nuevas formas de expresión, donde la libertad es el origen y meta de estas nuevas y profusas manifestaciones artísticas.


5.2. ESPAÑA


En España los años del franquismo coincidieron con una crisis irremisible de la cultura de la modernidad.

Los cambios culturales en la sociedad suelen preceder a los políticos y en concreto, ahora la mayoría de las manifestaciones artísticas surgirían en y contra el régimen, como un grito de llamada hacia la libertad individual, desde la oposición y las producciones por parte del joven arte español fuera de nuestras fronteras. Uno de los grupos en pagar todo esto fue el de los hombres de cultura, éstos tuvieron que abandonar España y exiliarse en Europa o América.

La cultura española había recibido un golpe traumático con la guerra civil, el fin de ésta supuso el fin de la Edad de Plata que había extendido su esplendor a lo largo del primer cuarto del siglo XX.

En pintura, tras el corte con los cánones clásicos y con la aportación de las Señoritas de Avignon de Picasso en 1907, se iniciará la definitiva ruptura espacial que persistirá hasta nuestros días.

clip_image004

Pablo Picasso. Las señoritas de Avignon.


El periodo de entreguerras, primer tercio del siglo XX, estuvo marcado por dos movimientos: el expresionismo, concediendo protagonismo a la expresión subjetiva del artista y con sus máximos representantes en las figuras de José María López Mezquita, José Gutiérrez Solana o Ignacio Zuloaga y el surrealismo, donde el subconsciente del artista entra a formar parte del cuadro, con Joan Miró o Salvador Dalí como pioneros de esta corriente en España.

Entre los años 1939 y el año 1966, España padeció un verdadero sistema de censura cultural, comparable por los historiadores, a Italia con Mussolini o Alemania con Hitler.

Manifestaciones de la cultura de especial relevancia para la sociedad fueron los medios de comunicación: radio, prensa, televisión e incluso el cine, que estuvieron manipulados y hasta censurados. A partir de los años cincuenta surgió un periodo especialmente duro para el cine español que el director Antonio Bardem definió como políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo e industrialmente raquítico. Fue en los años sesenta cuando se inauguró lo que se denominó el nuevo cine español, de la mano del surrealista director Luis Buñuel, aunque con acusados problemas de censura.

Con la crisis política que estalla en 1957, los nuevos aires de renovación cultural comienzan a brotar, desde las protestas universitarias y que se empezaran a notar a raíz de la muerte del pensador y ensayista José Ortega y Gasset producida en 1955, símbolo de la tradición liberal o lo que era lo mismo para nuestro país, de modernidad.

La Universidad española en los años sesenta experimentó cambios en sus estructuras, de la mano de la Ley de Enseñanza Universitaria, obra de Manuel Lora Tamayo. El año 1970 fue el año de la Ley General de Educación, que atendió cuestiones como: atención a la olvidada educación preescolar, obligatoriedad de la enseñanza general básica, cambios en los métodos pedagógicos, establecimiento del Curso de Orientación Universitaria (COU), unificación del Bachiller Superior en una rama técnico profesional. En el ámbito universitario se configuró la enseñanza en tres ciclos. La Universidad se presentaba con personalidad jurídica, patrimonio propio y plena capacidad de gestión, lo cual facilitó en gran medida el apogeo cultural.

Y así es como en los comienzos de la transición, la cultura y el arte adquieren una nueva dimensión y una extensión masiva como no se había conocido jamás. Influye en esta creación y visión cosmopolita una afición por viajar e informarse. Las nuevas e inquietas generaciones de intelectuales y críticos influidos por el exterior empiezan a incomodar al régimen.

A partir de los años setenta, las creaciones artísticas, bien representaciones plásticas, audiovisuales, literarias, la producción de espectáculos, la industria del ocio, el turismo y los viajes; en definitiva el desarrollo intelectual en general, dio un considerable impulso.[1] Aunque a su vez este aumento cultural derivaba en esa otra parte oscura, en la que la masa la desvirtuó provocando una cultura basura. Uno de los elementos indiscutibles que favorecieron este desarrollo serían los medios de comunicación, que, una vez fueron liberalizados, realizaron su labor de difusión e información.

En literatura a partir de los años cincuenta se percibe un cambio importante: regresa Ortega e irrumpe un gran número de valores, tendentes a la recuperación de la realidad cotidiana e histórica en novelas como La colmena de Camilo José Cela, tachada de inmoral; Las afueras de Luis Goytisolo, el realismo constante de Miguel Delibes en obras como La sombra del ciprés es alargada o Mi idolatrado hijo Sisí. Poetas sociales como Blas de Otero o Gabriel Celaya, siempre atentos a las preocupaciones sociales. En teatro, Antonio Buero Vallejo, se propone reformar la escena nacional con intenciones políticas y morales en La historia de una escalera.

La narrativa hacia 1962, topó con unos límites insospechados de realismo social, mucho que ver tendrá el momento de la dictadura, no en cambio la época de transición en donde desde la muerte de Franco la literatura española se liberará de censuras y emergerá de forma espontánea y libre con la llamada: "novela en libertad". Se produce en este momento el nacimiento de la Edad de la Novelas, como afirma Antonio Muñoz Molina.[2]

Autores, que desarrollan su actividad en las fechas más fecundas, alrededor de 1975, serán Luis Martín Santos, como pionero en la pugna con la anterior forma suprarrealista, Juan Goytisolo o el joven Juan José Millas.

Se puede decir que en el año 1975 conviven varias generaciones de poetas, todas ellas de gran calidad, algunos procedentes de la generación del 27 y que han pervivido tras la desolación de la guerra y sus consecuencias como son Jorge Guillén, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, o Dámaso Alonso, y otros jóvenes poetas pertenecientes a la llamada Generación de los 50 o la Generación del lenguaje por Luis Alberto de Cuenca y Prado. En definitiva, ambas tenían la característica común de explosión de libertad interior.

En cualquier caso hasta nuestros días la alta producción cultural la constituyen las distintas expresiones artísticas, sobre todo la literaria, no así en el campo de la ciencia, en donde se investiga lenta y trabajosamente.

Durante la posguerra, en lo referente a contenidos pictóricos, será el arte abstracto el que permanezca y se difunda, conduciendo al Informalismo y la Pintura Gestual, que en los Estados Unidos ya se estaba realizando. Se crearán grupos como Dau al Set grupo verdaderamente surrealista en España, donde se integran pintores como Antoni Tàpies y Cuixart, además de pensadores o escritores, como el dramaturgo y poeta en lengua catalana Joan Brossa, que basa su inconformismo en forma de vanguardia surrealista.

También aparece el grupo pictórico Equipo 57 que protagonizó a partir de la abstracción geométrica, una actitud crítica y de ruptura derivada finalmente hacia el diseño. La creación artística de Equipo 57 está muy en consonancia con los parámetros que se descubrirán en José Jiménez Jimena, dignos a tener en cuenta por cuanto supusieron para la práctica de nuevas grafías artísticas en todos los sentidos, incluso establecieron y propusieron formas nuevas de entender el arte. Igualmente debemos citar otros grupos que surgieron en la época como el de El Paso,

clip_image006

clip_image008

Equipo 57, Sin título.


con Antonio Saura, Manuel Rivera, Rafael Canogar o Manuel Millares. A partir de aquí múltiples facetas brotarán desde el arte abstracto progenitor de movimientos como el Neoexpresionismo, el Op-Art, el Pop-Art, el Hiperrealismo o el Arte povera. En todos estos movimientos existe gran influencia de la publicidad, la fotografía, el cine o incluso el cómic.

La escultura, al igual que la pintura, vio a lo largo del siglo cambiar su fisonomía en busca de nuevos materiales y técnicas (aceros, plásticos, hormigón, fibras, etc...). Hoy es, ante todo, un objeto tridimensional en el que predominan el volumen sobre la forma y donde el espacio envolvente será un componente más, ya que el hueco juega en ella un papel tan atractivo como cualquier otro elemento plástico. Entre los escultores que optan por la expresión no figurativa destacan artistas como Eduardo Chillida o Martín Chirino.

Alcanzada la abstracción absoluta, se planteará volver nuevamente a la escultura figurativa, aunque ahora con clara tendencia a la expresividad, perceptible por ejemplo en las obras del granadino Eduardo Carretero o del catalán José María Subirachs, hasta llegar a novísimas tendencias como el Arte óptico, el Arte cinético o el Serialismo.



6. ENTORNO CULTURAL Y ARTÍSTICO EN GRANADA


Según Luis Seco de Lucena afirmaba, la Granada artística en cuanto a valores estéticos se refiere, no radica exclusivamente en las joyas monumentales que posé, tanto visibles como invisibles, tangibles o no... sino en el enlace bello entre arte y naturaleza, porque la Alhambra no puede ser lo que es desde dentro y desde fuera sin entenderla en el paisaje. El paisaje constituye el órgano principal de Granada para el entender el conjunto artístico.[3]

Este apartado enlaza con la idea de la Granada paisajística de Luis Seco de Lucena como reflexión, nos servirá para entender el contexto artístico de la ciudad que rodea a José Jiménez Jimena. Nos da una visión desde la complejidad de la urbe que, como conclusión, sólo se va a entender si somos capaces de percibirla como un único conjunto en armonía. Se trata de reflejar aquí hasta la forma de vida y diversión, para concluir en una reflexión única sobre la ciudad como contenedora de un sin fin de manifestaciones provocadas por el espíritu del hombre que la habita traspasando los tiempos.

El Centro Artístico y Literario de Granada, como antecedente más remoto que se mantiene durante más de cien años y que aún perdura en la ciudad, surgió desde las inquietudes de un grupo de personas de la más diversa índole, entre profesores de la universidad, socios procedentes de la Escuela de Artes y Oficios, aficionados al arte, periodistas, jóvenes universitarios... Entre ellos podemos encontrar como miembro en sus últimos años a nuestro arquitecto José Jiménez Jimena, participando de este modo de la vida cultural de Granada y del ámbito donde brotarían los últimos acaecimientos de la vanguardia, ya que el Centro era foco precursor en la provincia granadina y ejemplo de manifestación de los más modernos acontecimientos artísticos mundiales.

En el centro se distribuían las diferentes materias que en ese momento fueran de importancia, organizadas en diferentes secciones, para así ser estudiadas y atendidas con cuidado y especificidad; este orden se mantuvo así en los primeros años. El área más desarrollada era la dedicada a las letras, entendida desde la narrativa y la poesía propiamente y estableciéndose con posterioridad diferentes secciones: Sección de Modelo, Sección de Exposición, Sección de Biblioteca, Sección

de Música, Sección Folklorista y de Excursiones y, por último, Sección de Publicaciones, Cátedras y Conferencias.


clip_image010

Detalle del Centro Artístico y Literario, Granada.


A partir del 1936 el cambio en la forma de expresar las distintas actividades se va a apreciar, ya que se produce un pequeño declive motivado por el estallido de la Guerra Civil, llegando algunas de estas secciones incluso a desaparecer, en cambio en otras las consecuencias serán positivas y abundantes, sobre todo las referidas a las exposiciones de pintura. De hecho una constante evidencia que dichas actividades pictóricas será la que a lo largo de los siguientes años se seguirá mostrando y destacando sobre las demás. Este hecho se mantendrá hasta entrados los años cincuenta, justo cuando José Jiménez Jimena hace su aparición en Granada. A partir de entonces se continuarán promoviendo los mismos intereses, quedando la pintura a la cabeza, destacando las exposiciones temporales, en contra de los primeros momentos del nacimiento de dicha fundación, en donde se dedicaban sobre todo y por encima de las demás materias al estudio de la literatura.

Sobre estas fechas cabrían señalar más razones que dejan ya entrever de manera clara una preocupación en temas referidos a la cultura y al arte granadinos, con la finalidad de hacer para Granada una de las ciudades pioneras en la puesta en valor de su patrimonio, incluso en tiempos de crisis.

Hacia el 1936, año del comienzo de la Guerra Civil, la cuestión de la restauración o conservación del patrimonio histórico empezó a tenerse presente cuando se creó el cargo de Delegado para la Conservación del Tesoro Monumental, que ocupó Fidel Fernández Martínez, médico y escritor, con el que se le encomendaba el cuidado del patrimonio granadino.

Es de destacar la labor propagandística desde la Facultad de Filosofía y Letras de autores y conservadores del Patrimonio como el profesor Bermúdez Pareja, Orozco y Prieto Moreno, que con la dirección de su decano, Gallego Burín, crean el llamado Servicio Artístico de Vanguardia. Como fruto del mismo en Granada se publicó un interesantísimo testimonio para la ciudad el Informe sobre las pérdidas y daños sufridos por el Tesoro Artístico de Granada de 1931 a 1936.

Un hecho importante para nuestra historia del arte fue la aparición en este año del primer ejemplar de la revista Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada, que hoy sigue su publicación periódica.



Primera etapa. 1939 -1959. Posguerra en el ámbito artístico.


La difícil situación económica y política por la que atraviesan los granadinos en los años posteriores a la Guerra Civil, nada tendrá que ver con la prolífera vida cultural. Granada en este sentido se presenta como una provincia en donde lo intelectual marcha de forma envidiable, aunque también es cierto que es desde el esfuerzo de una pequeña minoría de intelectuales.

En esta primera etapa, lo más destacable para estos años fue sobre todo la labor artística de la alcaldía de Antonio Gallego Burín comenzada el 3 de junio de 1938.

La presencia de Gallego Burín en la vida granadina fue de vital importancia, las mejoras culturales se sucedían de forma paralela a las medidas de carácter social. Estas mejoras se encuentran apoyadas por el hecho de haber sido historiador del arte y nombrado comisario de la zona artística de Andalucía Oriental.

Con él es con quien se pone en marcha toda la actuación urbanística nueva asistida por la nueva Oficina Técnica de Urbanismo. Hasta tal punto le interesó esta práctica que con sus mandos consiguió ganar para la ciudad la medalla de Capital Artística de España, se le nombró Vicepresidente del Patronato de la Alhambra y Generalife y vocal del Museo del Pueblo Español en Madrid.

En torno a la figura del alcalde girarán todas las maniobras culturales de esta década, ya que éste apoyará todo aquello que tenga que ver con el patrimonio de Granada, las actuaciones para su mejora y su difusión, mejoras que quedarán patentes en la vida de las futuras generaciones.

Como primera medida realizaría un inventario de todos los bienes patrimoniales, cuestión que no se había realizado desde 1887 y que se llevaría a cabo en 1944. Como consecuencia de este corpus patrimonial, en 1946 se sucede una obra importantísima para la ciudad, es el momento en que Gallego Burín publica el resumen de su Guía monumental de Granada.

clip_image012

Antonio Gallego Burín. Guía artística e histórica de la ciudad.


Se comienzan a realizar actividades esporádicas en su mayoría protagonizadas por universitarios y por los jóvenes de la Asociación Cultural Iberoamericana (ACI) o lo que es lo mismo, el origen de la Casa de América. La creación de esta institución fue muy interesante para la vida intelectual del momento en Granada. Desde 1940 se puede entrever su origen en una serie de reuniones entre jóvenes universitarios interesados por la cultura hispanoamericana y la política europea, dejando a España en el lugar central de la operación.

En 1948 consiguen su constitución oficial tras una serie de actos protocolarios, entre los cuales estuvo la celebración de una misa en la Capilla Real, ante la tumba de los Reyes Católicos como símbolo de unión entre los dos continentes. Más tarde se harían obras y actividades sociales y se seguirían manteniendo celebraciones con esta misma temática, desde ciclos de conferencias relacionadas con el arte y la cultura, así como con la arquitectura latinoamericana.


clip_image014

clip_image016


Durante la década de los años cincuenta Granada se situó a la cabeza de la vanguardia cultural española. En este momento ya era una ciudad que empezaba a romper con todos los cánones hasta ahora impuestos, en franca y abierta oposición a la cultura y a la política oficial y al academicismo imperante, aún en medio de censuras de todo tipo, con la situación de un país en plena dictadura. Ya por aquellos años se hablaba en la prensa local de un “nuevo renacimiento”, nos hallábamos inmersos en una auténtica revolución en todos los ámbitos de la cultura, literatura, arte, periodismo... e incluso en la política. Debemos entender esta cultura desde el presente, como cultura viva en continuo movimiento y no como la entendían los ámbitos academicistas, desde el pasado.

Esta década es de especial relevancia la ciudad ya que se asiste al surgimiento de manifestaciones relacionadas con el arte. A partir de ahora se creerá en la cultura de manera activa y viva, los temas culturales se tratarán a partir de este momento en cafés y bajo un clima de tertulia distendida.

En 1952 se suceden acontecimientos sociales que convergerán en formas de hacer arte como un avance sociológico para los propios habitantes de Granada: el Festival de Música y Danza, con Andrés Segovia como invitado de lujo y el Centenario de los Reyes Católicos. También acontecen otros eventos como las fiestas del Corpus, en que la plaza Bibarrambla se convertía en el centro de la celebración incorporando en su programa muchas actividades nuevas como la tradicional fiesta de Ganados, festivales populares, demostraciones y campeonatos deportivos, las corridas de toros o el auto de Calderón en la plaza de las Pasiegas.

También en los años cincuenta, como fecha de inicio aproximada, tenemos un grupo de jóvenes amigos que se unen en torno a un nombre La Abadía azul (amigos del arte abstracto) que más tarde pasaría a llamarse: La Abadía azul y amigos del arte. Lo peculiar de este grupo es que no tenían ningún tipo de régimen institucional como una verdadera asociación, sino que se reunían sin sede alguna en las tabernas más famosas de Granada como las de Espadafor o la Castañeda, por lo que se les tenía por un grupo tabernario. De esta manera se recurre a los cafés-copa, que ellos mismos pusieron de moda para homenajear cualquier motivo artístico o figura relevante. Lo que les mantenía unidos era la preocupación y entrega al mundo cultural y la defensa del arte desde su presente y hacia el futuro. La revista Caracol fue creada por este grupo vanguardista.

Bodegas Castañeda. Revista Caracol.

Por otro lado, destacamos la revista Norma por su gran interés hacia el arte nuevo. Fue la primera revista que introdujo tales contenidos, desde el impresionismo al futurismo y en concreto el abstracto. En ella se habló en varias ocasiones del pintor que indiscutiblemente influiría a José Jiménez Jimena, que no es otro sino Piet Mondrian. Francisco Izquierdo fue el dibujante por excelencia con matices vanguardistas en esta revista.

clip_image018

clip_image019

Dibujos para la Revista Norma por Francisco Izquierdo.


En 1954 se desarrollan una serie de conferencias desde la Universidad, que en estos momentos era núcleo importante para el nacimiento de esta nueva cultura progresista. Fueron impartidas por renombrados académicos del arte como Maria Elena Gómez Moreno, Emilio Orozco Díaz o Antonio Gallego Burín, entre otros. Estas conferencias y otros actos públicos en Granada, serían los primeros actos de modernismo contra el acusado academicismo que se venía manteniendo.

La universidad granadina hará de la capital un foco importante de vanguardia, que no pasó como una fiebre que después desaparece, sino que fue todo un sedimento bien consolidado para las posteriores reflexiones en cualquier ámbito artístico y en la forma de comunicarlos, como fueron la prensa y la radio.



Segunda etapa. 1959 –1975


Como acontecimiento único para la historia cultural de Granada, destacar que en los años 60 se inauguró una residencia de pintores por la Fundación Rodríguez Acosta. También aparecieron publicaciones significativas para el estudio de la cultura contemporánea que se estaba formando en Granada, como el libro de Antonio Aróstegui y Antonio López Ruiz: Arte granadino actual. 60 años de arte granadino (1900-1960) que vio la luz en 1960.

El grupo pictórico granadino Dassein anduvo por dicha sede hacia el año 1962 como el ya mencionado Francisco Izquierdo. También es necesario mencionar a pintores a los que se les dedicó de forma individual, series de exposiciones en los años cincuenta y sesenta, como Horacio Capilla, los hermanos Carrazo, Francisco Soria Aedo o el polifacético José María Fernández-Píñar.

El año 1965 fue especialmente rico culturalmente, se produjeron muchos acontecimientos, se conmemoró la muerte de Soria Aedo, seguidor de Sorolla, para muchos representante de la escuela pictórica granadina.

En los últimos años y desde la alcaldía de Sola, ya se llegaban a intercambiar actividades entre el Centro Artístico y Literario y la Universidad, como acciones que enriquecían el buen funcionamiento dentro de la sede y fuera de la misma.

Granada fue una ciudad densa con una fuerte condensación de comercio y servicios ya en esos años. Además de la universidad en los años del desarrollo y sobre todo a mediados de los años setenta, empezó a crear una política descentralizadora, proponiéndose como ejemplo para el buen gobierno con el fin del buen funcionamiento en los diferentes sectores de la ciudad.

En los años sesenta la música siempre se procuró tener presente, gracias a la labor del Centro Artístico y por la Cátedra Manuel de Falla, pero sobre todo debido a la labor del Festival de Música y Danza, recién creado.

La más destacada de las figuras femeninas que comienzan en este periodo y que no hay que olvidar es Elena Martín Vivaldi (1907-1998) Perteneció al grupo de versos al aire libre y asistió a las veladas de la Casa de América en los años sesenta y más tarde en tertulias en el café Suizo con poetas y amigos. Estudió Filosofía y Letras en Granada y fue bibliotecaria más tarde en la propia Universidad.

clip_image021

Elena Martín Vivaldi y Miguelón.


Con el motivo del centenario de Ángel Ganivet se realizaron una serie de conferencias en donde figuras del panorama más actual, sobre todo de la Universidad como canal de todo acontecimiento sociocultural del momento, dejaban sus alabanzas a un personaje tan representativo para la ciudad de Granada en el siglo anterior.

El centenario de la muerte de Alonso Cano se celebró con una exposición, con numerosas conferencias y la publicación de volúmenes referidos su vida y su obra.

Fue en la década de los sesenta y en los comienzos de los setenta, cuando se produjo un auténtico desenfreno estimulado por la especulación del suelo y por una política urbanística más atenta a satisfacer las conveniencias de los particulares que el bien común.

Por consiguiente, se comienza a ver este tipo de crítica en diarios locales, revistas, publicaciones... En estos años, la preocupación se hace habitual, sobre todo en los ambientes culturalmente ricos. Se demanda una forma de hacer y conservar la riqueza, desde las necesidades particulares de cada caso, en cualquier terreno de la cultura granadina. Se oyen gritos de protesta por las crueldades que se acometen contra el patrimonio, a raíz de numerosos derribos, el más famoso y criticado: el del Teatro Cervantes ubicado en la Plaza Mariana Pineda en 1966.

A pesar de todos los problemas que la ciudad posee desde el punto de vista económico, la cultura y en especial las letras se verán resguardadas por el interés de artistas y pensadores que son los que la mantienen viva cada día.

Aparece en 1970 Granada proclama la Primavera de España, gracias al Aula de Poesía del Movimiento, en un pliego editado por la Obra Cultural de la Caja de Ahorros.

En la segunda mitad de la década de los setenta surge en la narrativa granadina un grupo de autores que forman parte del grupo recién creado: Nueva narrativa andaluza. Sus autores son los llamados narraluces de los que destacamos al granadino José Asenjo Sedano que gana el Premio Nadal en 1977 con Conversación sobre la guerra. También es el momento de la fundación literaria del grupo El Colectivo 77, que en Granada no fue sino el reflejo de lo que estaba ocurriendo en el ambiente nacional.

En estos años la historia del pensamiento en Granada también vio la luz de la modernidad gracias a la madurez adquirida de Antonio Aróstegui, profesor de filosofía, Ángel Benito Durán, catedrático de filosofía del Instituto Ganivet o Rafael Soler, catedrático de filosofía de la Escuela Normal.

En 1974 se le rindió un caluroso homenaje a Federico García Lorca en el setenta y ocho aniversario de su nacimiento y también se celebró el primer Congreso de Historia de Andalucía, organizado por la Universidad de Córdoba.

Fue también el año en el que Antonio Gallego Morell fue rector de la Universidad de Granada Antonio Gallego Morell (hijo de Antonio Gallego Burín), el cual veía con optimismo el momento que se estaba viviendo en la Universidad de Granada, justo cuando los complejos universitarios de Fuentenueva y Cartuja estaban en pleno desarrollo.

Por aquel entonces, José Manuel Pita Andrade, gallego afincado en Granada como profesor de la universidad, fue nombrado Comisario del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional. El gobierno estatal se haría cargo de muchas de las intervenciones en los ámbitos de la cultura y el arte de nuestra ciudad, sobre todo en lo que a restauraciones se refiere.



7. LA FIGURA DE JOSÉ JIMÉNEZ JIMENA

7. 1. Datos biográficos


José Jiménez Jimena, nació en Atarfe, municipio de Granada, el 23 de septiembre de 1921, en el seno de una culta familia de intelectuales granadinos. Su abuelo fue miembro de la Real Academia Española de la Lengua y su padre catedrático de Matemáticas en el Instituto Ángel Ganivet de Granada.

Desde su infancia José Jiménez Jimena demostró grandes habilidades artísticas, sobre todo siendo amante de la arquitectura y experimentando con inquietud el mundo de las artes plásticas, como así demostró con una copia que realizó del cuadro de la Familia de Enrique IV. La pintura nunca dejó de estar manifiesta en su vida y resurgiría en su última etapa junto a la escultura, fruto de sus experiencias como alumno y docente.

José Jiménez Jimena. Título Doctor Arquitecto.

Su vida académica comienza a fines de 1940 y comienzos de 1950, aproximadamente, cuando marcha a Madrid, para ver cumplidos sus sueños proyectistas, al comenzar sus estudios en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid.

Compartió piso con otros estudiantes, ubicado en la calle San Bernardo, hasta concluir sus estudios. Mantuvo excelentes relaciones con sus compañeros, por ese carácter afable que siempre lo hizo ser una persona acogedora.

Se formó en la Escuela de Arquitectura de Madrid, obtuvo el título de arquitecto el 30 de junio de 1953, pasando a colegiarse el 29 de julio de ese mismo año, con el número 63 en el Colegio de Arquitectos de Andalucía Oriental, que englobaba las provincias de Granada, Jaén, Almería, Málaga, Ceuta y Melilla. Es por tanto, José Jiménez Jimena, perteneciente a la generación de los años cincuenta, también llamada: Generación de Posguerra.


clip_image023

clip_image025


Tras finalizar su etapa madrileña, comienzan a trabajar para la administración, como muchos de los arquitectos recién titulados. En 1956 ganó por oposición el cargo de Arquitecto de la Diputación de Jaén en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid.

Cabe mencionar algunos artistas importantes de aquella etapa y con los que probablemente coincidiera, serían Juan Ortega Cano, arquitecto municipal de Úbeda, cuya fecha de titulación es de1940, Enrique de la Bonilla y Mir, titulado en 1944, Pablo Castilla García Negrete, que obtiene el título, en 1947 o el más interesante de todos ellos, por ser Arquitecto Provincial desde 1953: Manuel Millán López.

Durante su estancia en Jaén, además de su labor como arquitecto, , impartió clases durante un curso académico como profesor de Mosaicos, contratado por la Escuela de Artes y Oficios Artísticos. Ya desde niño le atraía especialmente la pintura y su inquietud siempre por las artes plásticas fue constante, hasta el punto de llegar a determinar el diseño de su arquitectura, como se comprobará seguidamente. Además en su última etapa se interesó por otras artes como la pintura y la escultura, dejando incluso de proyectar y expresando a través de estos métodos su estética. Hizo diversos cuadros al óleo y a la acuarela, inclinándose por la abstracción y por una pasión a reproducir elementos que recuerdan el aspecto de algunos materiales, como el jaspeado del mármol o el mosaico.

En Jaén ganó algunos concursos y premios, destacando el Concurso Nacional de Urbanismo, que le valió el segundo premio alcanzado en el Concurso de Ideas para la Reforma interior de Jaén, en colaboración con Ramón Pajares Pardo. Ambos fueron felicitados por el Pleno de la Diputación, en el Boletín Oficial de la Provincia.

Otro de los premios fue el obtenido tras la ejecución del Edificio de los Sindicatos, que realizó en colaboración con el aparejador Antonio Escobedo y con el ingeniero Ramón de la Torre, de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Este emblemático edificio, le haría sentirse satisfecho profesionalmente, porque además supuso la afirmación de una trayectoria muy personal, ya que desde este edificio partirán muchas de las premisas de las que consta su obra. Asimismo servía de contenedor de diferentes formas estilísticas de la arquitectura moderna del momento.

En el año 1979 gana el Premio Bib-Rambla 79 en la casa de Granada en Madrid. Lo enriquecedor de este concurso fue el hecho de que en él se abordaban todas las aras artísticas. Era el concurso de las Artes, había varias modalidades, desde artes plásticas hasta la exposición de proyectos de arquitectura, en la que José Jiménez fue el ganador.

Sus primeros encargos serían tratados desde la introducción de unos equipamientos hasta ahora poco usuales y que desde entonces, junto con los demás arquitectos contemporáneos, comenzarían a ser la estética de la nueva arquitectura. Equipamientos que resultarían definitivos para el entendimiento de su posterior obra, en los que se acentúa como constante la introducción de nuevos materiales, la funcionalidad de lo construido y la estética influenciada por el Neoplasticismo.

Entre las obras realizadas en esta ciudad destaca: el Centro de Neuropsiquiatría Infantil, por el que fueron felicitados la Diputación y el propio arquitecto, por el Ministro de Obras Públicas.

Proyectó otros muchos encargos, para la provincia, en Cazorla, Jodar, Bedmar, Baños de la Encina, Martos, Alcaudete, Alcalá la Real.

Junto con otros arquitectos realizó muchos trabajos para entidades bancarias. También contribuyó a la conservación del patrimonio histórico, experimentando en el ámbito de la rehabilitación, interviniendo en la restauración de la Iglesia parroquial de Villanueva del Arzobispo.

En 1959 pediría excedencia de su cargo en la Diputación jiennense, para trasladarse a Granada donde se instalaría definitivamente, para dedicarse plenamente al ejercicio libre de su profesión.

José Jiménez Jimena realizó múltiples proyectos para otras provincias, algunos de los numerosos encargos se encuentran en Almería, donde hizo un bloque de viviendas y bajos comerciales en la Puerta Purchena. En Málaga, la obra más importante y que él mismo valoró así, fue el Edificio Flavia, frente al Hotel Miramar, en el Paseo de Reding. En Sevilla, construye varios bloques de viviendas en la calle Asunción y Virgen de Luján, obteniendo uno de ellos el Primer Premio de las Viviendas de Acogida en el Instituto Nacional de Vivienda. Estas fueron expuestas con motivo de la Feria del Campo de Madrid.

Pero el volumen de su labor se desarrolla fundamentalmente en Granada, aquí es donde se va a ver la forma en la que entendió la arquitectura de otras ciudades, después de varios años de trayectoria profesional.

Además del profesorado y de sus años como alumno de Escuela de Arquitectura, el influjo de estilos en su obra se produciría por muchas vías, desde las normas urbanísticas por las que debía regir sus proyectos, hasta viajes, lecturas de libros, revistas y demás escritos relacionados con la panorámica arquitectónica contemporánea.

José Jiménez Jimena experimenta una fuerte influencia de las tendencias de la propia arquitectura moderna y en especial del Neoplasticismo. Piet Mondrian fue posiblemente uno de los que más le impactó desde el punto de vista pictórico y filosófico. Además fue gran admirador de Le Corbusier y de Wright y en España admiró el trabajo de Gaudí.

Tras su estancia en Jaén en 1959 comenzaría su etapa granadina. Cuando llega a esta ciudad, su edificio de los Sindicatos era conocido, esto le impulsó profesionalmente. Durante tres años fue arquitecto del Ayuntamiento de Armilla en Granada.

Instala su primer estudio en la Plaza del Campillo hasta 1970, momento en que se traslada unos meses a la Carrera de la Virgen, estando ya en 1972 situado en su definitivo estudio, sito en la planta 12ª de la Torre de Neptuno, en el Camino de Ronda, edificio del que es autor.

Trabajó de forma individual, como la mayoría de los profesionales de entonces, pero buscó en varias ocasiones la colaboración de otros arquitectos y aparejadores. Durante un tiempo, estuvo asociado con el arquitecto Manuel García Creus entorno a 1958, mientras que con Luis Ceres trabajó en temas puntuales, durante la década de los 70. También colaboraría con él, el arquitecto urbanista Morales. Entre los aparejadores que trabajaron para él, están Arturo Cerdá, Juan Domingo, Solano Guarneiro, Lamas Montes, Lillo Delgado, López Fernández, Manuel Ginés, etc.

Se relaciona con todo tipo de personajes importantes del entorno cultural, por su carácter amistoso, como así lo transcribe la profusa correspondencia que mantenía con personalidades del momento, casi siempre del ámbito artístico. Como es el caso de Antonio García Rodríguez–Acosta, con el que llegó a mantener una buena relación. Una de las mejores amistades fue con la del cónsul alemán, al cual le haría la importante obra de El Consulado. Interesante obra, ubicada en la Carretera de la Sierra y que tuvo gran controversia en su momento, propiciada por otros arquitectos de la ciudad debido a la escalera que planteaba y que hoy día se recoge en el Catálogo del Plan General 2000 de Granada, con el nº 3. 109.

Aunque fue gran conversador, no formó parte de foros culturales en su ciudad. Fue miembro del Centro Artístico y Literario y propició un debate sobre la arquitectura en el periódico Ideal.



7. 2. Formación académica. Posibles influencias


Breve reseña histórica sobre el estudio de la Arquitectura

En el siglo XX se especificaron como competencias del arquitecto la proyección y dirección de todas las obras, no solo las destinadas a vivienda, sino a diferentes equipamientos públicos que el individuo demanda como son los edificios religiosos, deportivos, culturales...

Además, prueba de que el arquitecto es capaz de ser un auténtico pensador humanista y artista son las asignaturas que se abordan en los planes de estudio, tales como Análisis de Formas arquitectónicas, Historia del Arte, de la Edificación y del Urbanismo; Estética y Composición; Urbanística...otras propiamente técnicas son: Proyectos, Construcción; Estructuras; Mecánica del Suelo y Cimentaciones; Instalaciones edificatorias y urbanas; Planeamiento Urbanístico...etc. Con estas asignaturas se pretendía lograr para todos los arquitectos del momento una dimensión productiva de su actividad profesional.

La generación de José Jiménez Jimena es la llamada: segunda generación de posguerra[4] en la que se incluyen arquitectos como: García de Paredes, Rafael de la Hoz, José Antonio Corrales, Molezún, Bohigas y Martorell, Carvajal, Correa, Milá, Vázquez de Castro... en la que además coincide con otros profesionales del panorama granadino como Carlos Pfeifer.



E. T. S. A. M. Fines de 1940, comienzos de los años 50. Posibles figuras influyentes.


Los primeros años de encuentro del granadino con la arquitectura se producirán en el ambiente universitario. Jiménez Jimena marcha a Madrid y allí es donde se puede empezar a observar las nacientes influencias que produjeran esos años de formación, posiblemente los más significativos para su trayectoria.

Pero no debemos olvidar que no todo fueron influencias evidentes, porque no existirá esa libertad para asumir de forma consciente todo aquello que le pareciera atractivo. En él se produciría a lo largo de su vida una renuncia a su libertad creadora interior, alejándose de manera obligada por las formas absolutistas de las circunstancias, sufriendo desilusiones e incomprensiones. Fueron años duros para expresarse en los que muchos de los arquitectos se dejaban llevar de forma consciente por el momento político de manera oportunista.

Antes de la guerra con personas como Enrique Tienda, González Edo, Gutiérrez Soto o Zuazo, dejaron una oleada de incipiente cambio que llegó a las aulas.

La superación del “Historicismo de Regiones” convive en el tiempo con el surgir de una voluntad moderna desde parámetros asimilados del racionalismo en Andalucía.

Es el momento en el que los arquitectos andaluces se plantean una nueva forma, en la que se construye una aportación propia acudiendo a múltiples referencias, donde el manejo ecléctico entró en conexión con ciertas habilidades tradicionales de la Escuela.

Hechos como la llegada de Gio Ponti a la Asamblea Nacional de Arquitectos en Mayo de 1949 o las conferencias organizadas por De Moragas, hicieron que en la mentalidad de los arquitectos y en la propia del ambiente universitario, surgirá una confirmación y un estímulo hacia nuevos cambios estructurales.

Los primeros años de formación[5] de José Jiménez Jimena, quizá los compartiera con compañeros ya veteranos de otras escuelas, como Coderch, Oiza, Sota o Fisac. Pero entre coetáneos suyos estarían personalidades como Corrales y Molezún de la promoción de 1948, más lejana en el tiempo y desde estas nuevas generaciones que venían: Manuel Barbero y Rafael de la Joya coincidentes con García de Paredes y Rafael de la Hoz o Javier de Carvajal en 1953.

En Madrid otro de los factores influyentes fue el propio ambiente que se propiciaba. Los días en la capital se repartían, las mañanas en la Ciudad Universitaria asistiendo a clases y las tardes en las academias que apoyaban el estudio del Dibujo en clases impartidas por pintores y arquitectos. En dichas academias se gestaba un ambiente entre los colegas que propiciaba a comentar sobre temas culturales, conciertos, revistas... se intercambiaban información verbal y textos que ávidamente pasaban los compañeros por la escuela, con contenidos como los derroteros por los que discurría todo este nuevo debate. En aquellos días de escuela las noticias sobre las arquitecturas modernas de España, Barcelona, y del resto de Europa lo hacían las revistas, los libros y, en su mayoría, las láminas.

Cabe destacar que en aquel momento era fácil influenciarse del racionalismo que proliferaba hacia 1952, desde la figura de Terrades por la Oficina Americana de Proyectos, que en opinión de Carlos Pfeifer, representaba para la arquitectura española una manifestación esencial del Racionalismo.

Un componente para los jóvenes arquitectos del momento es que en torno a 1959-60, se abre la problemática entre técnica y funcionalidad, se apuesta por una arquitectura de corte internacionalista donde se reduce la esencia de lo moderno en los conceptos de Tecnología y Función.

Estos cambios, cogieron a la mayoría de la profesión desprevenida. No debemos olvidar que por aquel entonces se construye en Madrid el Ministerio del Aire de Gutiérrez Soto, con chapiteles escurialenses y formas del Madrid de los Austrias.

No debemos dejar pasar la importancia que las ciudades de Madrid y Barcelona estaban alcanzando en estos momentos en España ya que ambas son los dos focos portadores de la vanguardia artística europea y mundial.

En medio de estos cambios y tras estos acontecimientos, José Jiménez Jimena obtiene su título en 1953. Era frecuente que después de los años de formación el recién titulado entrara a colaborar en los despachos de importantes arquitectos. Otra salida era la de ocupar un puesto en la Administración, ese fue su caso de tantos arquitectos compañeros como Rafael de la Hoz o Carlos Pfeifer, entre otros. Después de esto eran destinados a las provincias de España más insospechadas, en algunos casos. El virtuosismo de muchos estuvo en adaptar las nuevas medidas de una arquitectura moderna a la tradicional, desde el lenguaje de la contemporaneidad.


clip_image026

 Influencias fuera de la E.T.S.A.M.


Sin olvidar las inquietudes hacia lo nuevo que siempre poseyó José Jiménez, hay que pensar en una continua formación de forma paralela a los profesores de la Escuela de Madrid. José Jiménez Jimena se nutriría de otros docentes que pudieran haber pasado años antes por las aulas, o que se localizaran contemporáneamente fuera de ámbitos madrileños o incluso del conocimiento de estilos, de biografías de arquitectos...

Los influjos en este momento se producen por la venida de múltiples revistas de temática expresionista alemana y de referentes plásticos venidos de Holanda, con la aportación de imágenes y fotografías que las revistas de arquitectura divulgaban.

Por otro lado, es de señalar el hecho de que en Madrid y Barcelona se encontraba el foco de vanguardia más importante del momento, que sirvió de instrumento de precisión para los jóvenes arquitectos de la generación de los años 50. Eran años en los que esas arquitecturas del pasado eran muy admiradas, teniendo a la cabeza como paradigmas de la arquitectura ejemplos como la Ciudad Universitaria o el edificio Capitol, allí se encontraba José Jiménez Jimena por estas fechas.

Fuera de los ambientes madrileños, y saltando de años, desatacar que ciertas influencias o al menos algunas sintonías se producen en personajes como el arquitecto que introdujo la vanguardia en España: Fernando García Mercadal que corresponde a la llamada generación del 25. Hacia 1918 se comienza la publicación periódica de la revista Arquitectura, en ella escribirá algunos artículos García Mercadal. En 1927, hará una obra que lo definirá y con la que entrará el Funcionalismo a formar parte como punto de arranque en España. El Rincón de Goya en Zaragoza de Mercadal, introduce en España las nuevas tendencias que anuncian la arquitectura moderna. José Jiménez también mantiene una cierta sintonía con las tendencias de la Bauhaus, por otro lado, en sus proyectos se puede advertir un cierto cubismo a la hora de disponer sus líneas proyectuales y además había estado relacionado con Beherens y Mies van der Rohe, lo cual será de ayuda para la mejor comprensión de las influencias de estos últimos en José Jiménez filtradas por esta figura de especial relevancia.

En contraposición con el madrileño, se creó un movimiento polémico y paralelo al estilo Internacional Europeo a partir de 1930, encabezado por los arquitectos socialistas, José Luis Sert y Fernando García Mercadal. Lo interesante a destacar fueron aquellas ideas que se llevaron al papel propagandístico de su revista salida de las experiencias del GATEPAC, A. C., con ella se daría a conocer la estética de lo funcional por toda España y los proyectos de nuevos arquitectos en esta misma línea. Por otro lado, se percibe una estética afín en la plástica del arquitecto exiliado José Luis Sert. Haciendo hincapié en los dos miembros del GATEPAC, destacan los edificios paradigmáticos con los que los arquitectos posteriores quedarían ensimismados: edificios de José Luis Sert y de Durán Reynalds, como ejemplos de aquellos que fueron construidos antes de 1936, y quedaban perpetuando en la memoria para las siguientes generaciones.

En el catalán Antonio Coderch encontramos uno de los ejemplos fundamentales de la arquitectura de vanguardia española. Este arquitecto representó para los jóvenes el tránsito de la arquitectura española y destaca como personaje significativo para la problemática en la que se encuentra la arquitectura europea de la época. Coderch comienza en la década de los 60 de la mano de Zuazo y tiene en los años 50 su desarrollo más productivo con la famosa casa Ugalde de 1951[6], edificio que revolucionó la arquitectura del país y a los medios de comunicación, y de la que los arquitectos interesados en su actualidad debieron de tener como referente, incluyendo al granadino, ya no sólo la casa como conjunto, sino la casa como contenedora de todos aquellos detalles que de modernidad llevaba intrínseca aquel volumen. Aparte de que posee algunos matices neoplásticos y a su vez mantiene rasgos tradicionales con la cultura catalana, en detalles como los sistemas de delgadas cornisas voladas y rotas, que tanto se practicaron en obras de José Jiménez Jimena.


clip_image029

Antoni Coderch


Los viajes a la ciudad de Barcelona, como foco activo de la vanguardia, debieron de dejar poso en José Jiménez Jimena. Del ambiente catalán se puede destacar que José Jiménez Jimena elogió siempre el trabajo de Gaudí en todas sus facetas. Aprecia de forma particular La Pedrera, de ella pudo admirar los elementos innovadores que planteaba. Concibió la planta libre antes de que Le Corbusier la hiciese famosa, sosteniéndose sobre una estructura de pilares y jácenas metálicas que forman un entramado sobre el que se construyen las bóvedas. Todo en La Pedrera, hasta el concepto simbólico, religioso, es próximo al sentido inherente de Jiménez Jimena, así como el propio edificio en sí, mezcla de escultura y arquitectura, a la búsqueda de una realidad perfecta posible.

Fuera de las fronteras españolas

Por otro lado, la más importante contribución es la influencia del neoplasticismo, movimiento aún de mayor importancia tras el nacimiento del libro de Bruno Zevi; La poética dell´architettura neoplástica, de 1953, obra que probablemente hubiera constituido en José Jiménez Jimena un verdadero referente y le serviría para afianzarse más en una palpable afinidad con la línea neoplástica holandesa, permitiéndole servir de referente para la declaración de principios que establece en sus comunicaciones de los años setenta en el periódico IDEAL.

Un dato curioso es el que ofrece la arquitectura del italiano de estilo neorrealista, Ignazio Gardella, el cual crea un tipo de persianas tradicionales de suelo a techo, ventanas estrechas y amplios aleros en voladizo, que conectan con el lenguaje de José Jiménez, en su casa Borsalino en Alessandría, entre los años 1951-1953[7], como parangón y ejemplar de una clara mezcla entre Neoplasticismo y Estilo Mies, que es capaz de llegar a otros países.

Uno de los arquitectos que se dejó influenciar por italianos en la vanguardia del momento, como Gardella, fue Oiza, y del que posiblemente se sirvieran muchos de los jóvenes como instrumento para sus arquitecturas. También debemos citar a otros arquitectos italianos de los que la obra de Oiza en algún momento es deudora, como Quaroni o Ridolfi, que versan su obra entre su nacionalismo y la arquitectura moderna.

Arne Jacobsen, tomado como ejemplo, fue un arquitecto danés que, como muchos otros europeos contemporáneos, estaba causando verdadero furor entre los jóvenes profesionales españoles, por su claridad racional de conceptos, la limpieza de sus propuestas y la economía de medios. Si estos modelos fueron para Jiménez Jimena inspiración hoy es un incógnita. Pero parece claro que su afán investigador y el dominio del conocimiento de lo que se ordenaba en el ambiente europeo, tuvo que haberle llegado de alguna manera. Pero lo que si es seguro que los distintos caminos de semejante generación del 50 discurrían en paralelo y las investigaciones conducían a las mismas metas.



7. 3. José Jiménez Jimena y sus contemporáneos en la década de los cincuenta, Granada.


En los años cincuenta, existe un número de artistas que se dedican a crear una arquitectura que se adecua a las exigencias del momento.

En un entorno más cercano y rindiendo homenaje a los nuevos tiempos es necesario e ineludible pensar en tres figuras que coinciden en el tiempo: Rafael de la Hoz, José María García de Paredes y el contemporáneo a José Jiménez Jimena en Granada Carlos Pfeifer de Fórmica Corsi.

En estos arquitectos se desarrolla la gran fractura de la arquitectura del movimiento moderno en Andalucía, en la que les toca desarrollar la introducción de nuevos materiales.

García de Paredes y Rafael de la Hoz serían los contemporáneos más cercanos al granadino, puesto que obtienen el título en 1950 en Madrid, tres años antes que José Jiménez Jimena, por lo tanto coincidirían en la Escuela algunos años. A la vez que en la Escuela Catalana se titulaba en 1952 Carlos Pfeifer.

Los primeros, Rafael de la Hoz y García de Paredes, trabajan de manera conjunta en algunos proyectos, al comienzo gracias a la labor de un dominico que les animó a viajar por el centro de Europa. Tras esta experiencia llegaron en 1956 a ganar el premio Nacional de Arquitectura con el Colegio Mayor Aquinas en la ciudad universitaria de Madrid.

En ambos se apuesta por una arquitectura moderna, realizan arquitectura por toda España, sobre todo en Andalucía. Pasados los años cincuenta se separan, focalizando más tarde sus individuales producciones en Córdoba y Granada, respectivamente.

Rafael de la Hoz y García de Paredes son los únicos arquitectos representantes andaluces establecidos en Madrid con difusión de su obra y estima por buena parte de la crítica. Después de esta época ya llegaron los arquitectos de las nuevas generaciones de la naciente Escuela de Arquitectura de Sevilla.



Rafael de la Hoz


Muchas de las viviendas realizadas en la provincia guardan similitud con las que por las mismas fechas realizara José Jiménez en Granada, bien sea por los materiales utilizados como por la forma de disponerlos. Ello se aprecia en edificios de viviendas como el de la calle cordobesa Maestro Priego López, en 1956 o en la vivienda de nueva planta en la calle Héroes de Toledo, nº 60 en Priego de Córdoba de 1957. Pero sobre todo la que más se acerca a un lenguaje de tintes mondrianescos es la vivienda en la calle Jesús y María de la capital de 1957, que además de distribuir la fachada a base de planos cuadrados diferenciados les otorga diferentes colores, haciendo las veces de balcón.

clip_image031

Vivienda de nueva planta en la calle Héroes de Toledo, Priego de

Córdoba.


Es más que probable que José Jiménez Jimena encontrara en él importantes detalles para sus obras. Uno de los ejemplos más significativos en los que coincide, es en el chalet Pericet de Córdoba de 1958, donde de una manera clara se ve la mezcla de los materiales utilizados por ambos para las viviendas: láminas de madera, caliza, paños de cristal, incluso la inclusión, para los paramentos, de chapas metálicas. En sus obras buscó el empleo de los materiales de nueva factura, pretendiendo encontrar alternativas adecuadas a la economización de la construcción. La más valerosa de todas aquellas generaciones, resultó ser la habilidad para la utilización de los recursos más elementales que hicieran posible su doctrina. La obligada negación de aquellos productos más elaborados multiplicó la imaginación de los diseños que por más pobres no eran menos dignos.

clip_image033

Rafael de la Hoz, Chalet Pericet, Córdoba.


Entre ambos arquitectos hay algunos aspectos en común. Años y lugar de formación, años duros de los cincuenta, como momento de inflexión al comenzar sus trayectorias profesionales y en sus viviendas: materiales y elementos utilizados y forma de disponerlos, creación de diáfanos espacios desde una arquitectura minimalista, ejemplo en las construcción de tiendas. En muchas de las tiendas de Rafael de la Hoz aparecieron las colaboraciones de algunos artistas plásticos modernos.

La obra de Rafael de la Hoz ayuda a José Jiménez Jimena a entender el uso de los diversos materiales y la unión de las artes plásticas como concreción de todo unitario y perfecto en arquitectura, los conceptos, las ideas y cómo desde la investigación, dando y otorgando vida y filosofía, se puede crear una nueva forma de hacer arquitectura.

clip_image035


En Rafael de la Hoz posiblemente el arquitecto granadino, encontrara un marco de referencia, que le ayudara a dar respuesta a muchas de sus dudas, en una ciudad que se venía transformando y necesitaba otras formas de arquitectura, que además de adelantarse a su tiempo y saltar por encima de las barreras academicistas de la ciudad de Granada dieran respuesta a las necesidades sociales desde la perspectiva del pasado-futuro.



José María García de Paredes


Al regreso de sus viajes por Europa comenzó a impartir clases en la Escuela de Arquitectura de Madrid y más tarde en Sevilla, concretamente la asignatura de Proyectos desde 1959 hasta 1961, fechas lejanas ya a la estancia de José Jiménez Jimena. De éste las referencias que a José Jiménez Jimena pudieran llegar a su obra son escasas, ya que su producción en la ciudad se produce cuando Jimena ya estaba establecido y su lenguaje encaminado. No obstante, es conveniente citarlo porque en tiempo y lugar sí coincidieron.

José María García de Paredes aparece en Granada en los años sesenta. Con lo cual sólo se puede hablar entre ambos de la permanencia en el mismo lugar, un tipo de encargos diferentes en unas fechas cercanas.

A la vuelta de José Jiménez Jimena de Jaén, se vislumbra en la Granada de los 50 y comienzos de los 60 un momento optimista e imaginativo, pero casi en la clandestinidad. Este referente de vanguardia en la ciudad, recién llegado de la Escuela catalana, lo encontramos en Carlos Pfeifer de Fórmica Corsi.

A este respecto José Jiménez, que de buen seguro venía mas que formado e influenciado de los ambientes universitarios y de vanguardia, se centrará en las circunstancias y problemáticas arquitectónicas de la Granada de los cincuenta, donde entran en juego, figuras tan audaces para la ciudad como: Carlos Pfeifer y posteriormente García de Paredes. Jiménez Jimena coincide con ellos en los años y lenguajes de la incipiente vanguardia granadina hasta el punto de que una de las obras que más impactó al panorama granadino y nacional fue el Auditorio Manuel de Falla, creado por García de Paredes a finales de los años setenta, por la ordenación de los volúmenes en el paisaje.

José María García de Paredes, Auditorio Manuel de Falla.



7. 4. Contenido del archivo personal de José Jiménez Jimena


Todos los conocimientos anteriores no tienen sentido pensarlos sin saber como fueron adquiridos. Muchos de ellos tenían que haber sido leídos y por tanto la muestra de las influencias recibidas se revela en parte desde los fondos de su archivo.


clip_image037


Enlazando con esta idea, se pueden aportar algunos datos sobre el lugar de trabajo, como un referente que ayuda a aclarar y definir una personalidad como la de José Jiménez Jimena.

No sólo fue un hombre que dedicó su tiempo al puro oficio de la construcción, sino que como buen arquitecto, entendía que para una completa formación, debía de dejarse impresionar por todo aquello que fuera arte, cultura y demás materias que enriquecieran además de a la persona su profesión. Muestra de estas ricas inquietudes es el descubrimiento de un amplio archivo, digno de puntualizar.

Conociendo este apartado personal, que en la actualidad por desgracia se conserva totalmente desfragmentado y alterado, se pueden apuntar algunos rasgos del arquitecto, como el de una personalidad no sólo culta sino ordenada, por algunas puntualizaciones que han llegado y recogen la forma de organizar su legado.

En su estudio se pueden separar, por diferenciar de algún modo, aquellos asuntos puramente profesionales, proyectos, bocetos, memorias, cualquier tipo de notificación o factura que tuviera que ver con su trabajo diario, y por otro la parte formativa, que es el archivo o biblioteca, donde se encuentra un voluminoso número de ejemplares almacenados.

En su tiempo, todo estuvo perfectamente organizado por temáticas varias, diferenciando la parte de hemeroteca de la de la biblioteca. Se cree que todos sus documentos (escritos, facturas, recibos familiares....)los guardaba y almacenaba perfectamente catalogados, en función de las carpetas y hojas del archivo que a modo de índice de materias nos ha quedado.

La numerosa biblioteca cuenta con una repleta colección de libros de cualquier temática, excluyendo a los propios de su profesión y sobresaliendo los de contenido humanístico, pero la gran mayoría son los filosóficos, será este hecho, como se mostró en sus últimos años, el que favorezca la publicación de sus conocidos artículos en el IDEAL.

De los libros o revistas encontradas entre los referidos a temas de su profesión, se pueden hallar los monográficos de arquitectos como Wright, Le Corbousier o Mies Van Der Rohe, como los más frecuentados. Jiménez Rueda, Lecciones de geometría métrica. J.Osuna, Aritmética y álgebra. Kidder Parker, Manual del arquitecto y del constructor. Neufert, El arte de proyectar.

Interior del estudio de José Jiménez Jimena, boceto del arquitecto.

Con lo que respecta a la hemeroteca personal, decir que José Jiménez estaba suscrito a numerosas revistas nacionales e internacionales de arquitectura y urbanismo del momento, , como ejemplo de algunas de las que conforman su amplio archivo localizamos: la Revista Nacional de Arquitectura, T. A. (temas de arquitectura y urbanismo), Boletín Oficial de Arquitectura de Madrid...

De su extensa biblioteca humanista, se desprenden ejemplares como: Hegel, De lo bello y sus formas; Kant, Lo bello y sublime; Le Corbusier, Un Couvent; Mausbach, La Introducción al Urbanismo; Eugenio D´Ors, La idea de las formas; o la colección de Ferenc Z. Lantos, Forma esencial de los hoteles de viajeros, Arquitectura y desarrollo de los asentamientos humanos y La Problemática de la vivienda unifamiliar y colectiva y múltiples referidos a la obra de Mies van der Rohe, Le Corbusier.... También numerosos libros relacionados con las artes menores, repitiéndose aquellas que tratan el empleo de cerámicas de Scola Española, que se puede poner en relación con los años de docencia en la Escuela de Artes y Oficios, además de su labor de decorador de cerámicas, sobre todo en los mencionados portales, así como en el memorial de múltiples bocetos, que incluían un tratamiento cerámico para los enlucidos de sus obras en espacios interiores, bocetos que se hayan repartidos en su archivo personal y de los que formaba parte su práctica artística más libre.


 clip_image039



7.5. Ejercicio profesional (1953-1975). Análisis crítico de las obras

7. 5. 1. El edificio de los Sindicatos de Jaén


Aunque este edificio estaría, en principio, fuera de la presente investigación, ya que esta como se ha indicado en otros apartados, se limita solo al término municipal de Granada, es obligado incluirlo por la importancia que representó en la trayectoria profesional de Jiménez Jimena.

En 1956 llega a Jaén, en esta capital permanece durante dos años y medio, después marcharía a Granada. De esta etapa jiennense destacan, la profusa obra repartida por la provincia, el edificio que alberga los sindicatos y los años como profesor en la Escuela de Artes y Oficios.

El edificio se proponía en el centro de la ciudad, en el llamado Paseo de la Estación. Hoy en día continúa siendo Casa de Sindicatos manteniendo la función primigenia con la que fue concebido.

Tras su definición y terminación (1956-1958...), fue apoyada la idea de tratarse al edificio como ejemplar. Hecho que a José Jiménez Jimena le mereció un premio y una consiguiente fama, que a su llegada a la ciudad de Granada le fue reconocida. Trabajó con él, en tal empresa, el aparejador Antonio Escobedo, con el que luego mantendría buenas relaciones.

En el proyecto que se le encargó, se refleja un cierto aire racionalista, a la manera como Collins contempla el racionalismo, como fusión entre la arquitectura moderna y funcionalismo, en donde de alguna forma el interior y el exterior se relacionan, mediante el vuelo de parte del vestíbulo. Aparece la marquesina como un ligero elemento añadido. Pero no es un racionalismo entendido con un lenguaje internacional, porque en esta obra se definen vocabularios de su propia arquitectura que irán paulatinamente alejándose de este dogmatismo internacional para acercarse a una estética plástica que en su vida profesional y personal supuso un gran cambio.

Se puede observar por tanto, una cierta funcionalidad desde el punto de vista racional al organizar desde un eje formal, el rectángulo principal de ingreso, el cual será el que organice el resto del espacio.

Alzado Edificio de los Sindicatos de Jaén

En el exterior, la fachada principal es un solo plano vertical, aparece de modo frontal enfatizado por la línea de calle, con la sola ruptura del alero sobresaliente. Pero ésta permanece descentrada con respecto al centro simétrico del edificio, debido a la inclusión de otros volúmenes que se han insertado entorno al eje principal creándose una notable diferencia de alturas y una diferencia de escalas entre el bloque de entrada, como lugar más importante, y el resto del edificio.

clip_image041


José Jiménez Jimena creó una multiplicidad del tamaño vertical de sus volúmenes. Igualmente orientó un dispar tratamiento estético de sus paramentos. Un entramado desigual en lo que a vanos se refiere, por lo tanto, tras este esquema, la epidermis del edificio resultará desigual, pero, sin embargo, regularmente racionalista entre los propios volúmenes mencionados, resultando finalmente un aspecto unitario.

Se producen hechos que además consagran la obra de José Jiménez Jimena, por ejemplo el uso de los materiales y la disposición de los mismos. Los materiales que aquí emplea, a su vez, sirven para la creación de las diferentes estancias. Dejando como espacio más interesante el del Salón de Actos. En esta obra ya se ha producido la intrusión de los componentes que más tarde repetirá en las sucesivas viviendas: madera, chapas, piedra, introducción de cerámicas... y el automatismo de sus elementos: aleros, volúmenes desiguales, relieves, escaleras voladas...


clip_image043


En el interior intenta crear espacios diáfanos, utilizando el cristal como recurso en la entrada a las diferentes plantas. Además declara su habilidad para con las artes plásticas al introducir en el hall de entrada cerámicas coloreadas, como se repetirá en numerosos de sus vestíbulos. Se halla en la volumetría y práctica de los vanos a lo largo del alzado menor y principal del edificio jienense, el uso de un recurso del que José Jimena era consciente, la técnica de los muros-cortina. En el edificio de los sindicatos de Jaén, no se habla de tal revestimiento como estructura, pero sí de cómo en cada uno de los forjados va intercalando un sistema de chapas de gran originalidad, que quedarán distribuidas a lo largo de la fachada, con el propósito de matizar la luz que entrara en el interior con la finalidad decorativa, pero nunca de cerramiento.

Detalles Edificio de los Sindicatos.



7.5.2. EL edificio de la Carrera de la Virgen de Granada


Edificio de la Carrera de la Virgen, Plaza de Bibataubín

Se trata de una vivienda plurifamiliar, cuya fecha de visado en Colegio de Arquitectos es de 1958 y la referencia en el mismo es de 17.919.

El edificio está localizado en la carrera de la Virgen, concretamente en la plaza de Bibataubín, haciendo esquina con el Palacio del mismo nombre. La situación se hace más importante aún porque esta esquina estratégica se ubica dentro del término de la ciudad histórica y en la delimitación establecida por el conjunto histórico de Granada.

A partir de la función el arquitecto ha intentado generar el volumen resultante. Para esto José Jiménez Jimena desarrolló una habilidad volumétrica, en donde supo establecer una jerarquía de órdenes.

clip_image045


Los alzados en este caso también juegan un papel significativo en la construcción de este tipo de edificaciones, ya que a través de ellos también se puede producir la correlación de forma a posteriori. En este edificio la relación directa entre alzado-planta, no se produciría. De todos modos, no está presente el alzado que permite que la planta se mueva como consecuencia de proyectar la planta, para sacar hacia fuera los volúmenes interiores.

Las cerámicas son las protagonistas visuales, aunque los verdaderos elementos como el cristal, o la madera son, de forma inconsciente y quedando en segundo plano, los que por sí mismos crean el volumen y configuran ese espacio oportuno interior. La dimensión estética del edificio viene marcada por la inclusión de unos elementos en otros y a su vez de descomposición de los mismos en la fachada principal.

En el pertinente alzado, Jiménez Jimena introduce una sucesión de planos distribuidos de forma arbitraria pero unitaria, a lo largo de la fachada, predominando las líneas horizontales. Incidiendo sobre todo en la recreación de macizos y vanos que se produce en las esquinas. Ambas son tratadas con diferente carácter, una de ellas aparece abierta basándose en balconadas que juegan con sus correspondientes voladizos o aleros y siguiendo la misma línea de planos horizontales que crean éstos, el arquitecto remata con un cerramiento en la esquina opuesta, que la hacen ser una superficie compacta e inaccesible. Aparte de jugar con los planos y sus formas, los interpreta aplicándoles color, tratándolos con diferentes materiales y disponiéndolos de modo diferente a lo largo de las superficies.


clip_image047

Contexto urbano, Plaza Bibataubín.

clip_image049

Alzado principal, Edificio Bibataubín.


En el inmueble, Jiménez Jimena utiliza variedad de materiales que lo hacen ser un edificio ostentoso en ese sentido, puesto que no trató materiales esenciales, desde el punto de vista económico.

No obstante algunos planos fueron tratados con materiales diferentes. Entre ellos adquieren una semejanza tanto en tamaño, que reproducen un sentido unitario. Todo viene originado desde el manejo de los diversos materiales para disponerlos a base de planos, creando una relación entre los mismos, que se hacen corresponder simétricamente. Así se suceden los ladrillos con los ladrillos, combinados con celosías de hormigón, cerámica, azulejos, barandillas... que al final organizan la fachada animada, como le gustaba describir al autor, o una geometría cartesiana a la que en tantas memorias de proyectos hacía referencia. Este edificio de la plaza Bibataubín se ubica en una cabeza de manzana que ya venía fijada en la parcela. José Jiménez Jimena no puede literalmente proyectar desde otras perspectivas más que las obligadas, por lo tanto, esto implica que la fachada la tenga que realizar conforme a la alineación delimitada y así cumplir la normativa vigente.

clip_image051

Detalle del alzado del edificio de Bibataubín.


Si estudiamos secuencialmente la planta no existe separación porque la estructura es rígida en la subdivisión de espacios. Por consiguiente, no existe separación entre los diferentes planos y el espacio exterior.

En este edificio desaparece la idea de monumental desde el punto de vista clasicista. Para entrar a hablar en términos de liviandad de masas habría que recurrir nuevamente al análisis de la fachada del edificio.

Siempre se tiene que tener como referencia el contexto que hace concebir cualquiera de los inmuebles del arquitecto. Y en éste como es natural, todo se ha de juzgar desde la rigidez normativa de una ciudad que aún mantiene los cánones decimonónicos. Hay que entenderlo con un lenguaje adaptado como una manera desafiante y virtuosa de romper con los acontecimientos espaciotemporales que ofrece la Granada de mediados del siglo XX, ya que en las construcciones de José Jiménez Jimena no se haya el estilo granadino del momento.

En la obra de la carrera de la Virgen predomina el vano respecto al macizo. Los materiales no nobles como el ladrillo o la piedra hacen que la fachada sea más permeable. Los aluminios y chapas dan la sensación de ligereza, incluso en la celosía de hormigón se puede entrever esta ligereza constructiva que favorece a aligerar las superficies planas de la fachada.


clip_image053

Planta del Edificio de Bibataubín.


En el estudio de la edificación que se está examinando la propia tipología marca los espacios haciendo que se hallen separados, cada vivienda se marca y desarrolla de manera independiente, para así crear las diferentes viviendas plurifamiliares sin conexión entre ellas, en cada una de las cuales se definirá y marcará su propio núcleo.

El portal de estas viviendas plurifamiliares fue ejecutado con posterioridad al proyecto. Ya se sabe que en los portales era donde la obra se permitía su transformación y, por lo tanto, donde despuntaban las cualidades de ingenio e inspiración. Cabe mencionar que este portal actualmente ha sufrido algunas modificaciones, como son la rampa y la puerta de entrada. En él José Jiménez Jimena ha organizado dos partes, un espacio principal que es el de ingreso y un espacio de estancia situado a la derecha. Ambos están separados únicamente al bajar el nivel del suelo con dos escalones. Se ha creado un espacio dentro de otro espacio de manera diáfana, asimismo éste los recubre de cerámicas y materiales que siempre frecuenta en sus obras, como mármoles que envuelven a los pilares o madera para recubrir el espacio de ingreso. Igualmente aparecen elementos que se repiten como el falso techo o el recurso de las escaleras exteriores de ingreso, en material y forma, tal como se verá en el portal de la calle Recogidas nº 64. Sin embargo, el virtuosismo de este portal se encuentra en la escalera interior. Los peldaños están apoyados en las dos zancas quebradas, que a su vez están apoyadas o se soportan únicamente por unos minúsculos y delgados tirantes, como estrechos y ligeros puntos de apoyo, que están fijados al techo. La zanca la ejecuta quebrada, dando una sensación volátil, de tal manera que el apoyo se hace invisible, quedando suelta y permeable la superficie que resulta debajo, remarcando la ingravidez de la escalera. Para enfatizar el sentido de ligereza, en la barandilla incorpora paños de cristal por delante de la zanca, favoreciendo la sensación de permeabilidad del espacio total. Actualmente en la parte de la izquierda se ha creado una rampa de acceso, que en su momento no existió. En esta área destacan sus pinturas murales que aún se conservan, así como los relieves de la pared frontal.

Cabe mencionar que es escasa la ligereza que existe en este edificio en lo que a la comunicación entre el interior y el exterior se refiere.

La subdivisión se representa de una forma rígida, no existe relación alguna entre las partes del edificio, creándose desiguales apartados, en donde cada uno posee su propia identidad e independencia, aunque a su vez forme parte de un conjunto, con una forma a posteriori, la subdivisión que se produce es una subdivisión cerrada.

El interior, a pequeña escala, actuaría como ese espacio animado capaz de crear sensaciones variables conforme lo percibimos. Advirtiendo la limitación de la reflexión se explica que en el interior del portal descrito hay una voluntad de creación de espacio tiempo, que se agudiza con la diafanidad y el alero dispuesto de forma longitudinal para establecer el espacio a recorrer.

José Jiménez Jimena se aleja de cánones clásicos, aquí si supo traducir que la arquitectura abandona barroquismos y estatismos. Reduce la masa y el volumen total a múltiples líneas, superficies y planos que se distribuyen de nuevo sólo en el exterior. Incluso algunos de ellos son planos independientes y en disonancia entre ellos, como es el caso de los que confluyen en las esquinas.


clip_image054

Detalle Edificio Bibataubín.


Algunos de los recursos que emplea esporádicamente en otras arquitecturas serán los voladizos, el empleo del cristal, puntos de soporte aislados…Intentando de forma débil yuxtaponer diferentes puntos de vista del mismo inmueble.

El espacio y el tiempo en su fachada podrían entenderse para la Granada del momento como una novedosa y filmada sucesión de débiles perspectivas creadas desde los planos. Intenta ofrecer diversas vistas en un mismo plano de fachada. Como si de una forma limitada se dispusiera a crear muchas pequeñas visiones con el objetivo de dar sentido de infinidad a su conjunto. Con sus fachadas se entrevé una prudente renuncia al estatismo y también una intencionalidad de activar su arquitectura.

En definitiva, no se trata de una vivienda donde la arquitectura sea anticúbica, ya que todas las estancias están independizadas las unas de las otras sin llegar a esa fusión de espacios que hacen del volumen una unidad plástica. Por consiguiente, existe una clara descentralización de masas desfragmentadas en la fachada.

Existe en sus fórmulas cartesianas y en su modo compositivo un equilibrio de masas. Los cubos están ordenados pero no de forma simétrica, estos no se repiten, además de que en estos casos no suele exponerlos de igual forma; no son iguales, ni en tamaño, ni en color. Si se habla de las formas horizontales juega con la disposición de los pisos, de forma pareada, de dos a dos, es decir, intercalando y haciendo coincidir las plantas pares con las pares y las impares con las impares. La misma dinámica es la mantenida para los planos que se desarrollan en vertical.

La arquitectura no ha de dejar que en sus alzados se produzca la conversión de fachada telón. El ejercicio práctico que se desarrolla en las fachadas es el de intentar procurar la creación del movimiento, pero este estado solo lo desarrolla en la fachada. De tal modo que el objeto verdaderamente plástico de sus edificios, y en concreto este inmueble de la esquina del palacio de Bibataubín, es el del desarrollo plástico de la fachada y el portal de ingreso a la residencia.

El color en José Jiménez Jimena no es tratado como un recurso academicista, mediante el cual se crean arquitecturas ilusorias con el fin de crear figuraciones arquitectónicas que jamás podrán existir. Lo que se procura es que el color sea un elemento primario y no secundario, relegado a programas meramente decorativos, y que ahora se ha convertido en creador, compositor de volúmenes y de espacios. Pero en el caso de su obra este elemento no será elevado al rango de definidor de espacios, el color estará limitado al venir definido por los materiales, por lo tanto en el tratamiento de sus interiores, los volúmenes correspondientes se presentarán determinados por otros recursos.

A excepción de los portales y de algunas de sus tiendas, el componente cromático no será en la arquitectura de José Jiménez Jimena el que delimite los espacios. Sin embargo, cuando lo emplea de forma creativa, lo concibe con una función decorativa.

Él intenta y plantea una estructura libre, en algunos conceptos mezcla elementos varios: porcelana, texturas, movimiento de planos...y utiliza planos para crear estructura en la arquitectura. Pero no termina de fundir totalmente este concepto en su obra de viviendas, en cambio es lo que realizó en sus tiendas. Como ejemplo tenemos el edificio en el que se sitúa la tienda de Puentezuelas, donde se le quitan los muros de carga antiguos y se le ponen pilares. Éste es un acto de arquitectura moderna en consonancia que libera la arquitectura de la estructura.

El paso del equilibrio a la tensión, de la armonía a la desarmonía y de un principio estático a uno dinámico no sólo estaba íntimamente unido a un cambio en la concepción estética, sino también a una serie de modificaciones en los medios pictóricos y arquitectónicos.

Con este ejemplo recogido de la extensa obra de José Jiménez Jimena, lo que se pretende reflejar es que nos encontramos ante una operación de introducción, a través del debate que se venía produciendo en la arquitectura europea y española, durante toda la década de los cincuenta, cuyo fin era el de terminar por construir una sociedad basada en mecanismos espacio temporales completamente distintos hasta los ahora concebidos.


7. 5. 3. Las artes plásticas y el influjo de las mismas en la obra arquitectónica de José Jiménez.

En el estudio de la obra de José Jiménez Jimena se pretende encontrar los nexos de unión entre su arquitectura y el mundo plástico, siendo éste un lenguaje totalmente novedoso en el legado urbanístico contemporáneo de la ciudad de Granada. Con ello José Jiménez Jimena deja constancia de que además de la arquitectura dominó otras artes.

Su inquietud por las artes plásticas fue constante y determinó su diseño en arquitectura. Primeramente debemos hacer referencia a su infancia, el amor por las artes plásticas estuvo siempre presente atrayéndole especialmente la pintura. También los años de estudiante en Madrid y en Jaén como docente fueron esenciales, ya que durante su estancia allí fue profesor de Mosaicos en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos, durante un curso académico. Finalmente, en su última etapa, se interesó por otras artes como la pintura y la escultura, dejando incluso de proyectar y expresando a través de estos métodos su estética. Realizó acuarelas y diversos cuadros al óleo, inclinándose por la abstracción y por una pasión a reproducir elementos que recuerdan el aspecto de algunos materiales, como el jaspeado del mármol, el mosaico...Igualmente trabajó la escultura en relieves que incorpora a sus portales, casi siempre intentando dotarlos de texturas.

José Jiménez Jimena siempre va a intentar crear un constante juego de materiales y texturas de gran plasticidad, de cuidados efectos cromáticos y lumínicos. Se advierte la voluntad de crear una obra de arte total donde se conciten en un esfuerzo de diseño global, múltiples manifestaciones plásticas.

Al mismo tiempo, se puede hablar del estilo de las pinturas, relieves y cerámicas que introduce en su obra. El estilo de sus formas plásticas es dispar y sin estar incluido en ningún movimiento ni obedecer a un programa estético común.

Quizás José Jiménez Jimena encontrara en la abstracción, aquella belleza espiritual incapaz de ser expresada desde la objetividad de unas formas concretas, aquello que no se ve, el mundo de las emociones que tanto persiguió para sus obras y que sólo permanecen en sus escritos. Este es el motivo por el cual en sus representaciones plásticas no existen elementos reconocibles, a lo más los cubos, líneas y colores.

En España apreció mucho el trabajo de Gaudí por poseer connotaciones con el mundo de la plástica. Esto se reproducirá sobre todo en las cerámicas de los portales de Jimena, donde representa tiras redondeadas de colores, que recuerdan a los contornos expandidos por las pequeñas teselas del Parque Güell.

También realizó cuadros abstractos y algunos con contenidos cubistas descomponiendo el cubo a base de la mezcla de color, que era el que proporcionaba la aparición de cubos secundarios.

Esta práctica de descomposición cubista la repitió en algunos portales, como en el de Bibataubín o el de Torre Neptuno, otras veces los superponía y los enlazaba, creando cadenas entre ellos, que formaban el total de un único cubo.

Por lo tanto, se le puede reconocer la creación de una cuarta dimensión, que en sus pensamientos es más que evidente que intentó plasmar, porque sobre todo lo que destaca es que por medio o gracias a los recursos cromáticos están presentes muchos otros que hacen de su vida, arte y de su arte, vida.

De forma paralela nunca dejaría sus lecturas, acerca de las formas de las artes plásticas, como así lo evidencia su biblioteca.

No es casual que admirase sobre todo a Wright y Le Corbusier, arquitecto que simultaneó la pintura y la arquitectura, hasta el punto de dedicar media jornada a cada una de las dos artes.



Detalles plásticos en los interiores de las obras de José Jiménez Jimena


Jiménez Jimena, en sus proyectos iniciales, basaba sus portales en líneas sencillas y asumidas tanto en la confección de sus plantas, la distribución del alzado, como en la definición de los interiores. La capacidad de improvisación e imaginación en el arquitecto fueron los mejores dones que poseyó. En momentos de inspiración, era capaz de reinterpretar y cambiar estos interiores completamente, modificaciones que en sus proyectos no venían definidos de ninguna forma, hacia un lenguaje allegado al mundo plástico y que nada tenían que ver con los proyectados en papel. Como unidades verificadoras a estas consideraciones plásticas en el mundo de los interiores de la obra de José Jiménez Jimena, se pueden aportar, tres de sus portales más elocuentes.

Ejemplo de cerámica realizada por José Jiménez Jimena en donde se ve el influjo de Gaudí y Mondrian, Edificio de los Sindicatos de Jaén.

Los elementos creadores los hallamos en los siguientes edificios:

· El edificio de Torre Neptuno, donde situará su estudio posteriormente. Con número de expediente del Colegio de Arquitectos 17.329 y año de visado: 1.966.

· El edificio que fuera su propia casa en la calle Recogidas, 64. Con número de expediente del Colegio de Arquitectos 17.269 y año de visado 1.967

· El edificio de la calle de Severo Ochoa. Con número de expediente del Colegio de Arquitectos 17.669 y año de visado: 1.967


Edificio de Torres Neptuno


clip_image056


José Jiménez Jimena supo entender que cada arquitectura es única, cada edificio requiere unos parámetros diferentes y como tal ha de ser entendida desde sus propias necesidades, a las que él supo responder. En el portal de este edificio favorece el hecho de que se trate de un espacio longitudinalmente amplio. Es una distribución, que viene preconcebida en el proyecto, no creará como en otros interiores, subespacios organizados gracias al empleo de distintos materiales y alturas. Aquí tres serán los rasgos a destacar: el recurso de las cerámicas murales, la colocación de esculturas focalizadas y la variedad de materiales empleados.

De tal forma que el portal por su propia naturaleza ya está dividido en un gran espacio alargado, y se le completa con la exposición de paños de cerámica murales en los paramentos verticales, recorriendo cromáticamente su longitudinal pasillo.

En este caso el virtuosismo se halla desarrollado de distinta forma, las artes plásticas están activamente participando de este primer encuentro con el edificio, que en el portal de ingreso al inmueble se han implicado visualmente más que la propia arquitectura.


clip_image058

Portal de acceso al edificio Torre Neptuno.


Por otra parte, recuerda a las teorías salidas de la mente de Doesburg, sumadas a las de los espacios Prouns de Lissitzky. La habitación Proun era un habitáculo generalmente rectilíneo, que debía estar animado por un relieve continuo extendido por sus muros, suelos y techos, a partir de colores y formas, uniendo escultura, pintura y arquitectura a lo largo de un espacio que se atravesaba a todo lo largo. Este no es otro que el sentido de la novedosa cuarta dimensión, que con invisibles detalles podrían favorecer a crear movimiento en los espacios de José Jiménez, pasando hoy en día a ser desapercibidos. El hombre está ya experimentando el continuo espacio temporal.

No hay que olvidar que el ejercicio de experimentar con las artes, en especial con la cerámica, le viene facilitado por su año como docente en Jaén. Este hecho se manifestará en múltiples detalles a lo largo de su obra, tanto en los edificios en los que se le permite, como en aquellos bocetos en los que su compromiso con las artes se ve cumplido en secreto.

En su estudio, en este mismo edificio, es importante señalar que cometió y plasmó la misma representación de sucesión de volúmenes. Para ello parte de la ruptura con el volumen total preconcebido que deja el espacio originariamente proyectado. En su lugar de trabajo va a ambientar distintas partes sin la necesidad de actuar en los tabiques, sencillamente plantea distintas alturas utilizando falsos techos, como uno de los recursos más frecuentados, para organizar distintos espacios dentro de un único espacio.



Edificio de la calle Recogidas


Actualmente el tramo de calle donde se sitúa este edificio ha pasado a llamarse calle Neptuno, concretamente el edificio lo ocupa el número 4. Queda como recuerdo el anterior número 64, en el lateral derecho del voladizo.

Es importante el hecho de que este arquitecto realizara un edificio en la que fuera calle Recogidas, porque esta vía fue una apertura de recién derribo que se produjo en 1956. Esa zona formaba parte de la creación de un nuevo eje que iba a comunicar el camino de Ronda con el nuevo centro financiero, comercial y administrativo. Esta nueva calle convirtió rápidamente la zona en el área residencial preferida para la clase acomodada granadina, de ahí la importancia del encargo.

Sobre esta calle y la importancia de la misma para el momento en Granada se refirió Carlos Pfeifer en una entrevista en 1994:

Detrás de unas obras suculentas y preciosistas, en las que se valoran nuevos y viejos materiales y sus disposiciones constructivas aparecidas a finales de los años 50 y 60, en un momento eufórico, del que datan la mayoría de los edificios de los derredores del final de la calle Recogidas, casi unánimemente en los sesenta, la euforia se traduce en tristeza formal y conceptual, se construye la totalidad de la calle Arabial y Alhamar. Estas dos etapas las vives en tu trayectoria personal, si bien muy mitigadas. Las obras de la primera etapa son lúcidas y atrevidas: audaces, no así me parecen las últimas... Del final de la calle Recogidas yo no he intervenido. No tuve esa suerte.

Seguro que en algún momento de esta descripción debiera tener en mente la arquitectura de José Jiménez Jimena.

El portal de la vivienda, al igual que en el resto de sus edificaciones, es diseñado bajo los mismos criterios y los materiales empleados son los mismos: mármoles, madera de guinea, vidrio como elemento separador, etc.


clip_image060

Portal de acceso al edificio en C/Recogidas.


Dicho edificio se plantea como un gran espacio cúbico dividido en dos mitades, tratados como dos cubos casi independientes, sin apenas aparatos de separación. Destacamos que el único elemento que utiliza para descomponer el espacio es el cristal. Además con los paños verticales de vidrio lo que consigue es crear distintos ambientes y dar la sensación de diafanidad.

El ingreso se hace por la parte derecha del inmueble. Esta parte está retranqueada con respecto a la línea de fachada y a la otra mitad del cubo. De tal forma que en el primer cubo, José Jiménez Jimena ha dejado un espacio exterior, el que da a la calle, dentro del interior del edificio donde sitúa una extendida escalinata que es la que precisa, en una primera estancia, el ancho de esta parte.

La otra parte es un área más cerrada, pero cargada de transparencia conseguida por ese uso del vidrio. Aquí además se reviste el espacio de desiguales materiales, como pueden ser los mármoles en las paredes que recubren los pilares.

A la parte derecha, en la que sitúa la escalinata, se accede pasando por una gran cristalera, la misma que en el interior se vuelve a repetir, creando otra secuencia de espacios, que termina en el lugar donde se dividen los accesos a las plantas superiores, quedando las escaleras a la derecha y los ascensores a la izquierda.

En este edificio lo más singular sin duda se encuentra en la interpretación del portal. La distribución de los paños completos de cristal divide de forma diáfana el espacio total del cubo en otros espacios, como es el caso de la parte de ingreso que la divide en exterior, intermedia e interior. Cabe destacar que todo este conjunto está recubierto de diferentes materiales y que de nuevo el arquitecto cumple con uno de los rasgos característicos en sus portales: las cornisas en la fachada que sobresalen desde el interior.

Sin embargo, en este ejemplo el falso techo de láminas de madera de guinea, que arranca desde el fondo del portal, no ha hecho que se rebaje el volumen, es la misma altura, lo único que ha organizado es una sensación de espacio de paso obligado, aunque conseguido exclusivamente por el uso de un material diferenciado por su color. Una vez derramado al exterior, el voladizo creado tampoco sobresale, queda en la misma línea de la fachada.

Al introducir estos elementos de diafanidad vemos como crea de una manera inconsciente el movimiento en el espacio. Es decir, la cuatridimensionalidad en los pequeños y caprichosos espacios de José Jiménez Jimena.


clip_image062

clip_image064

clip_image066

Estancias Edificio Recogidas



Edificio de la calle Severo Ochoa


Este quizás sea uno de los portales más interesantes realizados por la mano de José Jiménez Jimena ya que en él se manifiesta la destreza y habilidad que dicho arquitecto poseía.

Esto se entiende desde una doble característica que lo hace ser un espacio genial. Primero, desde el punto de vista compositivo, porque dispone el acceso desde una triple recreación de la escalera, de la siguiente forma: el portal lo fragmenta en dos mitades, exterior e interior, por medio de un gran plano vertical de vidrio, que a su vez rompe un compacto volumen cúbico situado en la parte derecha, a modo de podium, cuya función es la de rellano. A éste se ha llegado desde el exterior, desde el se puede acceder al interior, por medio de un tramo de escaleras que se ha dejado a la intemperie.


clip_image068


Otra forma de acceso es directamente sin subir, atravesando el gran plano acristalado. Una vez en el interior, se puede ascender hacia esa gran plataforma por la otra mitad de escaleras que ha reservado para el interior. La meseta del acceso interior y exterior es la misma, sólo que se halla dividida por la pantalla descrita, el siguiente tramo de escaleras sería único.

El manejo de diferentes materiales que relacionados entre sí son los que forman este volumen limpio del interior. Es una gran variedad de materiales empleados, que a lo largo del desarrollo de sus obras se van repitiendo, como la madera de guinea, chapas, aluminio, mármoles, cristal y por su puesto la cerámica desde distintos tratamientos formales... a lo que se suma la utilización de planos y volúmenes completos. Son los que, desde una incuestionable habilidad constructiva se desfragmentan en una subdivisión de microespacios apoyando a la anterior reflexión.

Por lo tanto, Jimena ha interpretado dos portales al mismo tiempo, el primer zaguán exterior y otro interior, motivados por los volúmenes y los materiales, y jugando con el espacio y los planos. Desde una visión unitaria se determinan otros subespacios y viceversa. El portal de entrada sorprende por la diafanidad de su espacio y por la solución recogida en la escalera, haciendo de ésta una doble escalera interior-exterior.

Es con estas percepciones como José Jiménez Jimena invade el espacio de elementos plásticos que provocan sensaciones. Es pues, claro

ejemplo de cómo la escultura ha penetrado en la arquitectura y crea un triple juego visual.


clip_image070



Portal y planta del portal Edificio Severo Ochoa.

7.6. Las tiendas


Debemos detenernos en la figura de José Jiménez Jimena en lo que se refiere a encargos que recibía para la realización de distintas tiendas en Granada. En ellas podemos encontrar destrezas parecidas a las que aparecen en las fachadas de los edificios de Jimena, como son el color y la diversidad de materiales. Dichos elementos no sólo se encuentran en la arquitectura, sino también en las piezas de mobiliario y decoración de interiores de las tiendas, tal y como ocurre en unidades sencillas como vitrinas, escaparates, mostradores, lámparas...En resumen, Jimena fue creador de un mobiliario de diseño menor, pero de gusto plástico y en su mayoría combinado y resuelto con diferentes materiales y gran soltura en los detalles.

Un ejemplo interesante se puede encontrar en la calle Alhamar, donde el alzado como superficie plana, ha pasado a ser una fachada en la que los planos sobresalen con desiguales medidas.

Otro ejemplo que resulta necesario mencionar es la paradigmática obra que se llevó a cabo en la tienda de la calle Puentezuelas, número 23. Es en ésta donde hallamos a José J. Jimena capacitado para crear espacio con pocos materiales como el cristal y la madera básicamente. Se trata de un espacio donde se deja ver el interior desde el exterior, y viceversa, mediante una doble inversión de los paramentos interiores convertidos en fachadas otorgando una transparencia tal de los espacios que flanquean la calle, convirtiéndose ésta en el escenario al que fluyen las texturas interiores. En definitiva, Jimena crea fachadas que hablan desde el interior. Igualmente incorpora mobiliario específico para este comercio creado a escala en consonancia con las experiencias que en los años sesenta se hicieran en Norteamérica y Europa, desde las formas estructurales a las visiones neoplasticistas, funcionalistas o simplemente vanguardistas.

En la misma línea Jimena ejecutó en 1970, una reforma del local y fachada del actualmente desaparecido supermercado ENGUIX, donde de nuevo proponía una fachada con planos sobresalientes con respecto a la línea plana de la misma, así como la introducción de volados que hacían de escultores de volúmenes, al tiempo que tenían que adaptarse al anterior diseño y a las exigencias económicas impuestas para tal reforma.


clip_image072

Proyecto de reforma para el supermercado ENGUIX.


clip_image074

Proyecto para la tienda de calle Puentezuelas.


José Jiménez llega a liberar el muro, los tabiques son liberados gracias al cristal como material invisible y liviano. Por consiguiente, en Jimena se demuestra una fuerte capacidad creadora demostrando dominio en los vanos de las tiendas y bajos de algunos inmuebles, que hacen de sus obras una puesta en escena de transparencia creativa. Pero no sólo se ven cumplidas estas exigencias en las tiendas; en los interiores de sus portales de ingreso a los edificios también desarrolló una gran diafanidad. En estos ejemplos el vano, entendiéndolo como paños de vidrio ha vencido la superficie compacta e inaccesible de los muros para crear transparencia.

clip_image076

Tienda Domus, Rafael de la Hoz.

clip_image078

Tienda Flomar, Rafael de la Hoz.


Estas tiendas tipo, ya las realizó Rafael de la Hoz en Córdoba en los primeros años de la década de los cincuenta, como la tienda de fotografía Studio, la de muebles Domus, o la de modas Flomar, siendo esta última la que guarde una mayor semejanza con la de la calle Puentezuelas, ya que ambas se sitúan haciendo esquina y juegan con materiales diáfanos como el cristal para crear espacio.



7. 7. Su pensamiento, definidor de una poética


La aparición de los artículos escritos por José Jiménez Jimena en el periódico Ideal de Granada, se produce en un momento de su vida en el que la producción arquitectónica se vuelve escasa. Este periodo de tiempo comprenderá desde los años setenta hasta principios de los ochenta, que ante, impondrá sus ideas en lo que a práctica de la arquitectura se refiere del panorama urbanístico en Granada, se alejará de la calle, se centrará en sus ideales y los manifestará abiertamente en sus escritos.

Con este análisis lo que se demuestra es que José Jiménez Jimena, no

sólo fue arquitecto, sino que llegó a ser un auténtico vehículo de significados complejos. Y es gracias a sus escritos se nos ofrece una visión más amplia acerca de la figura de este, hasta ahora, oculto arquitecto.

Su estilo literario contendrá siempre los mismos significados e ideas claves, como la encarecida espiritualidad, que será la que más se repita y marque su obra periodística. El estilo de sus textos posee la firme arquitectura argumental y expresiva característica de un humanista.

José Jiménez es sistemático en su guión, parte del estudio del hombre y su relación con la humanidad para después extraer su propio aprendizaje. El fin de sus ideas siempre es el punto de partida; el hombre formado en una serie de valores que lo hacen ser humano para así crear un tipo de arquitectura que sea reflejo del mundo, donde la parte espiritual y la parte real de la vida sea una.

Por lo tanto, se puede afirmar que José Jiménez siempre mantendrá la obsesión descrita en sus teorías: el Hombre y su enfrentamiento a los contextos singulares que lo hacen ser único desde una visión singularmente espiritual. Es aquí donde propone una arquitectura que no sólo sirva para este individuo, sino que a su vez valga de legado para el futuro, siempre con un enfoque desde y hacia la Felicidad.

Se destacará al arquitecto como un ser creador, el cual ha de ser primero hombre espiritual que desde una posición intimista y reflexiva escoge el contexto para habitar cualquier casa en todos los períodos de su vida.

José Jiménez Jimena es un profesional que se expresa en sus artículos en clave de poeta y pensador, más que como arquitecto estrictamente,

que se vale de diferentes disciplinas como la psicología, la pedagogía, la literatura... Describe como desde la filosofía surge la casa para habitar, aludiendo a ejemplos de filósofos y literatos, en definitiva, parte primero del estudio del hombre para determinar, finalmente, la arquitectura en un grado filosófico.

El tema religioso es otra constante que se repite en cada una de sus reflexiones. Nuestro arquitecto es un profundo creyente y profesa ver en la unión del hombre con Dios la felicidad para la sociedad. El hombre ha de dialogar con el mundo, un mundo espiritual, entendiendo lo espiritual como algo muy trascendental que ha de brotar de los hombres y que como consecuencia se ha de materializar en la arquitectura, en la unión de la materia y del espíritu.

Un tema que le obsesiona en todos sus escritos es el aislamiento del hombre, para paliar ese estado él propone una arquitectura en la que los individuos sean comunidad y puedan dialogar. En definitiva, una arquitectura como punto de unión entre los hombres que la habitan para favorecer la comunicación y el crecimiento de valores.

Es necesario ocuparse de la casa en forma totalmente distinta de cómo se ha hecho en el pasado. Mientras el hombre este dominado por su individualismo fugitivito, antes que cultivar su verdadero ser que es universal ni busca ni puede encontrar más que su propia persona, así la casa se vuelve el lugar donde se cultiva esta fugaz individualidad la expresión plástica de la casa es el reflejo de esta mezquina preocupación(...) Es necesario que no sea ya el reflejo de sentimientos egoístas de nuestra pequeña personalidad(...) por un ritmo profundizado pero variable, de solas relaciones de un medio plástico, casi matemático. Este arte puede casi alcanzar lo sobre humano y ciertamente lo universal (....).

Con el transcurso de los años, José Jiménez se volverá un hombre cada vez más motivado por un profundo sentir espiritual constantemente presente en cada uno de sus pensamientos. Sus comunicaciones van adquiriendo un personal tono íntimo, que está más cerca de las disertaciones de un filósofo que del profuso arquitecto. Cambia el soporte donde expresar sus ideas, si antes lo hacía en sus formas arquitectónicas, ahora lo hace sobre papel con sus escritos.

En conclusión, nos hallamos ante un hombre de gran riqueza humanística que vuelca sus conocimientos y los materializa en su arquitectura con el fin de crear hogares, en el pleno sentido de la palabra.



Manejo formal de los conceptos.


En el presente artículo, J. J. Jimena trata distintos temas como la forma de adquirir conceptos a partir de las palabras fundamentales que expresan las cualidades que conforman el proyecto. Propone la música como organizadora que abre puertas a la hora de llegar a los conceptos y también las analogías, como los principios constitutivos del proyecto.

La conclusión tras una compleja forma de exponer sus ideas, es que durante el desarrollo en el que se produce el pensamiento del diseño se ha de pensar en valores vivos, donde el entusiasmo y el optimismo sean el reflejo de una espiritualidad y donde no se pierda el referente de realidad a la hora de manejar los conceptos, aunque estos vengan motivados por crisis conceptuales, ya que se puede caer, como Gaudí, en puras decoraciones y no en sitios para habitar.

Presencias activas imborrables. (20 de abril de 1979)

En este artículo hace un repaso de toda obra y propone cómo ha de ser la tipología de casa en bloque, la unifamiliar, los templos... Además nos da una instrucción de lo que él mismo está realizando y ha realizado y qué es lo que lo motiva a producir dichas formas. De nuevo en su obra se ha producido una previa reflexión sobre el hombre que se proyecta en la arquitectura, y cómo para determinar cualquier obra ha de existir en el hombre una disposición hacia el diálogo con el mundo.

Desde el punto de vista artístico este artículo trata la estética ya que en él escribe cómo han de ser las formas arquitectónicas y en concreto la forma de hacer las fachadas tipo, siendo esta última puntualizada desde su proyección formal, el tratamiento de los materiales, el juego de colores, etc... Jimena considera que no se le da la importancia que se merecen a esta parte de los edificios. Prueba de ello aparece en las ordenaciones urbanísticas, donde en su momento, se presta mucha atención al volumen y las alturas, así como en las áreas libres, creadas para la buena marcha de la ciudad y el bienestar de los ciudadanos, que en estos años están cobrando importancia. Aprovecha además para aconsejar que las normativas dejen de dar importancia únicamente a los volúmenes de los tamaños de los edificios y contemplen que en las fachadas es donde reside el verdadero optimismo de las ciudades. Asimismo define las fachadas como posesión de todos los ciudadanos, como patrimonio de las ciudades y espejo del alma, por lo tanto han de tener una imagen optimista. Propone pues la fachada, como elemento que ha de perdurar en el tiempo. Como símbolo de la felicidad del hombre. También aprovecha para hacer una feroz crítica a las fachadas que se están realizando en ese momento señalándolas con el claro adjetivo de feas.

Por último, cree que es más fácil este reflejo de significaciones en las casas unifamiliares y deja claro que hay un punto en las descripciones en las que ya son los propios edificios los que hablan, tal y como el describe es cómo han de hablar estos:

Los materiales con sus variados colores, intercambien su campo vibracional con el de las notas musicales, y los acordes tiendan hacia la elección compositiva de los trazados. Y los compases se suplan por las repeticiones de sus agrupaciones y ritmos. Para al final crear espacios y ambientes de una bella unidad como consecuencia de armónicas y pintorescas combinaciones que se han de prolongar en el tiempo (...)



El gravitar de una premonición. Verano de 1980.


En su estudio sobre el hombre de nuevo se ve volcado a un examen vital donde analiza la vida humana desde dos puntos de vista inseparables:

· La que lucha por el pan de cada día.

· La que nos alimenta hacia la vida en comunidad, que en su opinión es la más variada y rica.

Habla en este artículo además de la creatividad como fruto de un mundo en evolución que necesita manifestar su cultura, de las representaciones que no son manifestaciones bien resueltas con profundidad, cualquiera que fuera su naturaleza artística, y cómo en otros ejemplos esto sí se cumple, hallándose representado de forma clara en pintura, escultura contemporánea, etc. pero como de forma paralela esta cuestión en nuestros días se determina con apariencias falsas, y que sin embargo, adquieren el rango de monumental, como ejemplos José Jiménez hace públicas las arquitecturas napoleónicas, las cuales él entiende como un plagio de auténticos momentos idílicos de la historia de la humanidad.

Opta de forma clara, evidente y necesaria por el integrar todas las artes para producir el efecto óptico y plástico. Se podría pensar que por su parte él mismo se está definiendo como un arquitecto que va más allá, y lo enfatiza al decir que por fin ha llegado el momento en el que se ha conseguido entender que la composición entre las artes es lo que da la visión completa de la obra arquitectónica.

José Jiménez Jimena concibe la arquitectura en una integración de la escultura y la pintura en la creación monumental, haciendo referencia a la visión que Kandisnsky da en su libro Punto y línea sobre el plano a los elementos pictóricos y que Jiménez Jimena hace extensiva a las superficies en el espacio tridimensional con su implícita vinculación a su profundo significado y a los factores de distancia, amén de la cuarta dimensión a través del tiempo.

Éste es uno de los artículos más completos, advierte además que el concepto de naturaleza ha cambiado, por el de técnica, y que ésta es la que precisa satisfacer su desmedido deseo de poder. Propugna controlar este poder, ya que cree que es peligrosa la posesión de una técnica tan fuerte, para no caer en una desproporción entre la creatividad y la madurez ética y estética de los que se valen de ella. Haciendo referencia a Guardiny, propugna una cultura con una técnica y ciencias más humanas

Existe un escrito de Rafael de la Hoz en el que se habla del estado permanente de la arquitectura, al menos en nuestro siglo ha sido y sigue siendo el de crisis, en relación a este artículo en el que José Jiménez, fija que la técnica se puede entender como sinónimo de crisis, por haber absorbido el sentido de naturaleza; pero desde la que se pueden establecer nuevos criterios, como así lo alienta de la Hoz, y por lo tanto descarga de negatividad este nuevo concepto: Tengo entendido que la palabra Crisis se representa en chino con dos ideogramas: Un “Kenjy” significa Angustia, el otro Esperanza, esto es, Decisión. Con lo que concluimos que la crisis no es en si negativa sino la antesala de la Creatividad. No sé si nunca más el arquitecto tendrá derecho a un bello uniforme, como a portar dos espadines, ni siquiera si volverá a ser objeto de inesperados homenajes. Tampoco importa demasiado. Si tengo la convicción de que si olvidándose de su ego, sabe recuperar su vocación de ordenador del espacio para el bienestar del hombre – pies incluidos- que no otra cosa es la arquitectura, entonces se le echara de menos cuando muera. Después de todo servir, la palabra más bella que existe, trascender, es lo único que de veras cuenta.

En él también se afina la visión poética, como la suma de las artes, y concluye estableciendo un paralelismo con el pensamiento del poeta Paul Valery, indicando que hay que llegar a saber valorar las imágenes artísticas, sin rechazar el laborioso estudio previo para llegar a comprenderlas. Por ello el hombre debe formarse para una comprensión real de la cultura.



Dialógico catapultaje de los mitos. Verano 1982


En el artículo, como es usual en él, parte de la relación humana para enseñar arquitectura. En este caso describe la proyección que tiene la unión de los hombres, una unión como necesidad que viene de Dios. Desde el diálogo humano surge la amistad y desde esa amistad la triple función: de humanidad, de conocimiento y de sociabilidad que se han de transmitir en la ciudad cuando se realice arquitectura. El ejemplo en este caso es el arquitecto Frank Lloyd Wright en el que cree conseguir la unión de espíritu y ciencia gracias a la realización de sus obras.

Concluye su artículo defendiendo que el espacio es parte activa y bella de la obra, que no es algo que quede oculto y que no se consiga desarrollar por el carácter intangible. En apoyo de todos los ideales de José Jiménez Jimena, y para entender de forma más completa y universal su filosofía, debemos prestar atención a los conceptos aparecidos constantemente en su filosofía arquitectónica: el hombre, la casa (como unidad desde la que cree que se halla el bienestar, como unidad familiar, el centro...) la felicidad, la unión de las artes, las medidas para la fachadas desde concepciones cartesianas....


clip_image080

clip_image082

clip_image084

clip_image086

7.8. ENTREVISTA A JOSÉ JIMÉNEZ JIMENA


Como conclusión y complemento al apartado de pensamientos, se dejará que sea el mismo José Jiménez Jimena el que se exprese, revelando todas aquellas dudas que sugieren sus ideales y sus obras, gracias a una entrevista que en los últimos años, le formularon en su estudio:

Deseo hacerle unas preguntas después de una conversación larga, sostenida.

- ¿Qué es lo que más preocupa al futurólogo actual que conoce a fondo la materia del urbanismo?.

- Hay que empezar por un punto clave que vamos a tomar como de partida, pudiendo decir que hay algo que parece va a dejar al mundo inmovilizado, y es que los problemas sociales no son tales, mientras el mundo que los padece no se de cuenta de que la multitud de cuestiones que hay planteadas no constituyen problema social, mientras el pueblo no adquiera un nivel de conciencia de la necesidad de solucionarla, para que ya queden constituidos como tales, los problemas, y podamos darles solución.

- ¿Qué remedio habría para no caer en círculo vicioso?

- La toma de conciencia de los medio de comunicación social para saber proyectarse una y otra vez sobre el campo social y por medio también de conferencias; pero aún no estamos preparados, faltan auditorios y formación cultural para llenarlos, hacen falta centro sociales, culturales, religiosos, etc. Y aunque hayamos andado aún algún camino falta mucho aún por recorrer.

- ¿Esos artículos que le publica a usted el periódico Ideal tienden a educar a ese mundo del que habla usted?

- En ellos he escrito con insistencia, de la necesidad de ganar esos peldaños que hacen falta escalar para llegar a esa plenitud de la que no podemos prescindir; por eso estamos responsabilizados, por las omisiones y por no hacer lo que sabemos y debemos; hay que volcarse además por amor hacia los demás para poder ser mejores, vistos por los ojos de Dios y agradables a Él el medio divino, de Teilhard, me entusiasma ya que propone entre muchas cosas una espiritualización del trabajo humano, tanto en sus trascendentes proyecciones distantes como eternas, afectando tanto al cuerpo de esa acción como resultado tangible, como a su espíritu, que es su intencionalidad, quedando supervalorado el

esfuerzo humano en todas sus manifestaciones y sobre todo aquel que tiende a aumentar la conciencia de la Humanidad, en su investigación de la verdad y el que sirve para obtener las mejores relaciones sociales.

- ¿Y una vez planteados los problemas?

- Para darles solución el mejor modo es por medio de los planes, integradores del conjunto de necesidades, no polarizados solo en el campo de las distintas especialidades aisladas por eso el planteamiento moderno es integrador, pues tenemos que ver las cosas en grande.

- ¿Qué clases de planes podemos considerar como claves?

- Forman un trípode los grupos fundamentales, tres es un número de oro, cogemos por tanto, el racimo constituido por los planes económicos y los planes urbanísticos, que comprenden a los planes físicos o territoriales en su definición regional o nacional y los planes sociales. Con los planes económicos buscamos el adquirir esos valores como que nos van a dar mayor nivel de vida sacando el mayor partido del suelo con su desarrollo. Su base, aunque ha de ser como hemos dicho integral, puede solo limitarse a los aspectos agrícola – industriales por afectar al referido desarrollo, que nos da para poder vivir mejor.

- ¿Qué han de decir los planes económicos a nuestros lectores?

- Nos han de hablar de localizar industrias en los puntos próximos a donde se hallan las materias primas, el colocar otras de elaboración y manufactura, próximas a las vías de transporte y contar en todas ellas con la mano de obra necesaria y poder irradiar a los distintos mercados; para ello hay que hacer un marketing adecuado. Transformar por medio de los riegos los terrenos agrícolas, en fuentes de producción. Desecando también zonas remanadas de agua y realizar asentamientos de población para realizar planes de colonización, etc. Por eso tenemos que contar con estos movimientos de personas de un lado para otro, localizar los puntos donde han de ubicarse las industrias situar la vías de transporte, etc, y de ahí se deduce el que los planes físicos no pueden realizarse sin una planificación económica, agrícola e industrial, como se hacía antaño.

- ¿Y para los planes sociales?

- Los planes llevan implícito el tender hacia la felicidad de los seres humanos; y por eso no podemos separar la planología o ciencia de los planes de la Sociología y hablamos de aquella que más directamente puede llegar a ese mundo tan anhelado por todos del bien convivir, que conjuga con el del mejor vivir, obtenido por los planeamientos económicos referidos, habiendo de estudiar bien los problemas de la familia y su continente que es la vivienda. Como el hombre es social por excelencia del mismo modo que los adelantos modernos de la ciencia han producido una escisión familiar aún estando todos sus miembros a cortas distancias, viendo la televisión unas veces u oyendo la radio otras, sus mentes y sus sentimientos están distanciados aunque tengan un único centro de interés que está muy lejos. Tenemos que pensar en centros de atracción de aglutinación, con un magnetismo especial y esos nos lo proporcionan los equipamientos sociales y esparcimientos colectivos. Pudiendo partir para su establecimiento de la unidad vecinal y de ahí, por aglutinación e integración, se pueden formar las unidades mayores del barrio, de la ciudad, la comarca, la región y la nación.

- ¿Siempre se hacen así los planes en esta trivalencia?

- Desgraciadamente no y así nos luce el pelo, ya que los planes son un arma de dos filos; o sirven para vitalizar o para desvitalizar el medio cuyo aspecto contrario busca el planeamiento ecológico que se apoya en el referido trípode y piensa en ese hábitat de que tanto se habla hoy como ideal.

Nos despedimos muy agradecidos y nos quedamos pensando a la salida si hubiéramos podido formular más preguntas, por qué al señor Jiménez no lo encontramos cansado, e insistir hubiera sido para satisfacer a muchos con su lectura.



8. EPÍLOGO


El propósito de esta publicación es contextualizar y ayudar a definir el perfil de José Jiménez Jimena. En él hallamos una arquitectura dentro del pequeño cosmos de la ciudad de Granada, casi insignificante con respecto a la universalidad de la restante arquitectura pero que interviene de indispensable hilo conductor para la historia.

En medio del paisaje urbano granadino, encontramos a un arquitecto que se consideró extraño por arriesgar en un momento en el que la arquitectura se hallaba aún sometida a cánones pasados y un incipiente desarrollismo regido por normas devastadoras y faltas de los ideales estéticos vanguardistas. Éste aparece en un intento de explosión interior, que le valdrá y le durará la vida entera, para pasar a la historia como único y singular. Su mayor logro fue identificar la modernidad de la arquitectura con la modernidad de la sociedad.

Muestra de esta breve conclusión teórica es el análisis de su obra. Pero no sólo sus proyectos son los que evidencian este hecho, su máxima en arquitectura fue eso mismo que parafraseó en sus últimos días con sus escritos y artículos, la postura de un profundo orador y filósofo de la vida. Ideales que se pueden resumir en dos actitudes: la puramente personal, en donde la arquitectura adquiere vida al crearse desde la espiritualidad de quienes la habitan, y por otro lado, desde las formas que esta espiritualidad va a ocasionar como consecuencia y claro reflejo de sus pensamientos.

Un sin fin de cualidades artísticas lo hacen ser un hombre completo y polifacético, como algunos otros arquitectos coetáneos. El hecho de ser arquitecto en ese momento comportaba una gran riqueza cultural capaz de ser desarrollada desde sus pródigas formas. Algunos arquitectos eran capaces de dominar diferentes artes a la vez, con fuertes experiencias espirituales y enfoques filosóficos, resultando ser hombres doctos y eruditos.

La culminación a su pensamiento y a sus ideales arquitectónicos se confiesa en sus últimos escritos como el remate lúcido de los ideales perseguidos a lo largo de su trayectoria. Mostrará en ellos que la arquitectura va más allá. Cobrando vida en medio del hombre y del mundo, otorgándole un rango espiritual, por cuantos acontecimientos es capaz de sobrellevar el hecho arquitectónico.

La formalización a su obra se localiza en la fachada, esta es la parte donde se entienden todas sus doctrinas. Es en las fachadas donde se

hallan consumadas sus teorías, las ideas más espirituales que de la arquitectura se habían expuesto en la Granada del momento.

Desde la formulación de la fachada, en base a un lenguaje cartesiano, como él mismo describía en sus memorias, se establecen, disponen y surgen todos los elementos. El paso del equilibrio a la tensión, de la armonía a la desarmonía y de un principio estático a uno dinámico, no sólo estaba íntimamente unido a un cambio en la concepción estética de la ciudad en ese tiempo, sino también a una serie de innovaciones en los medios pictóricos y arquitectónicos.

No hay que olvidar que las unidades arquitectónicas que conforman sus proyectos casi siempre vienen determinadas por un virtuoso empleo de artilugios y recursos como los diversos planos de color que recorren sus fachada, múltiples materiales que se atrevió a introducir en un mismo plano, con los que dota parte de su obra, como el cristal, las planchas metálicas, chapas de zinc, madera de guinea, celosías de hormigón... no dejando de inventar, reinterpretar y crear, aún cuando los medios eran escasos y los encargos muy ajustados económicamente.

Las paredes aparecen labradas mediante materiales nítidamente tratados como murales (desde pequeñas piezas alargadas o lascas de caliza irregularmente dispuestas en forma horizontal en los muros, relieves abstractos, cerámicas, pinturas revestimientos de mármol... ), son revestimientos vivos, tectónicos, que sirven de adornos y que realizan su propia función, aparecen como propias obras de arte. Son compuestos como obras de arte independientes. Se convierten en fachadas de todas las caras del cubo menos una que en oficio de transparencia se hace espejo de la calle.

A la vez inserta y juega con las variadas texturas de los materiales empleados, resultando un múltiple juego nunca igual, que en definitiva se resume en un claro lenguaje cartesiano y concede de esta forma vida a la arquitectura. Todo ello se hace posible desde la ágil disposición de los elementos particulares que incorpora después de la predefinición de la fachada, que hacen de su obra una obra de estética exclusiva, en el uso de recursos que él maneja para hacer de su arquitectura una arquitectura en movimiento.

Jimena utiliza un lenguaje vertical, a base de grandes lienzos que se transmiten desde la cubierta del edificio hasta su fin en el arranque, como si de una gran plomada en movimiento descendente se tratara. Estos lienzos son tratados inseparablemente los unos con respecto a los otros y cada uno guarda su estética de planos con diferentes texturas.

Los voladizos casi siempre son de madera y salen desde el final del portal, creando una altura inferior a su paso y modificando los espacios sin necesidad de alterar la estructura del edificio.

El arquitecto posee una heterogénea forma de emplazar barandillas, por lo general utilizaba el mismo tipo, mediante un juego de planos transfiguraba el espacio lineal en cuadrados, rompiendo la horizontal de la baranda haciéndola morir en un pequeño murete.

Se da en José Jiménez Jimena un juego de materiales y texturas, de gran plasticidad, de cuidados efectos cromáticos y lumínicos. Dinteles, barandillas, huellas, tabicas y trazos en el suelo, son reinterpretaciones de abstractas geometrías complejas. La idea es de crear una obra de arte total, donde se conjuguen múltiples manifestaciones plásticas, abordando trabajos desde pequeñas dimensiones.

Otra aportación que hay que sumar es esa pequeña arquitectura, de volúmenes nítidos, que supo perfectamente introducir para crear esos espacios que fueron las tiendas, algunos interiores y portales. Tras el conocimiento de su obra y la profundización de sus escritos, concluimos que el espacio de sus interiores es tanto material como poético. Es decir, en estos espacios se funden el conocimiento constructivo y conocimiento teórico con la plasticidad de una formación artística ya reseñada. En ellos se ha comprendido la capacidad de creación, desde un afirmante punto de vista moderno. Jiménez Jimena aporta connotaciones plásticas en sus espacios, en los pequeños detalles, en las superficies tersas sin fisuras, en los espacios continuos, inclinándose por geometrías simples aunque ricamente articuladas de forma liviana, trabajando el uso de la línea recta a base de muros de cajas mínimas, en paralelo a la obra de Rafael de La Hoz.

No hay que olvidar que los ideales de José Jiménez Jimena se basan en su buen conocimiento sobre la construcción que se evidencia en la utilización de la técnica y de los materiales. Conoce el método y el medio para llegar a transmitir un mensaje de transparencia, color y limpieza constructiva a partir de los materiales, que son llevados al extremo, hasta el punto que son capaces de dar sensaciones, de ahí que su arquitectura resulte de una justa rectitud compositiva, de manera que toda particularidad está en armonía con el fin de hacer un lenguaje universal.

En la diestra mezcolanza de todo ello está el alcance y valoración de su obra, en las conclusiones que de sus obras de arquitectura se derivan, adquiriendo una magnitud en la ciudad de Granada hasta ahora única y desconocida.

 




[1] Debemos destacar en este punto la inestimable labor de instituciones privadas, como la Fundación Juan March, que en los años 70 se hicieron cargo de difundir el arte contemporáneo.

[2]MUÑOZ MOLINA, Antonio: La Edad de las novelas. Veinticinco años de reinado de S. M Juan Carlos I. Espasa Calpe, Madrid, 2002.

[3] SECO DE LUNENA, Luis: Los problemas de Granada como ciudad artística. Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada. Testimonio de Granada (I) XI. 22. 1974.

[4] Generación que fue bautizada por Carlos Flores.

[5] Durante los años de formación de José Jiménez Jimena el número de estudiantes de la Escuela de Arquitectura era de casi ochocientos, como así lo refleja un estudio sociológico:

MARTÍN MORENO, Jaime y DE MIGUEL, Amando: Estudio Sociológico de la Profesión. Hermandad Nacional de previsión social de arquitectos superiores. Techos, Madrid, 1976.

[6] Casa Ugalde de Antonio Coderch, Valls, Tarragona, 1951, comentada en la Revista Nacional de Arquitectura, 1953.

[7] FRAMPTON, Kenneth: Historia de la arquitectura moderna, GG, P. 320.


Más información en www.antoniogarciabueno.com

Comentarios